Impagos de la calefacción, de la luz, sin dinero para fotocopias ni para el material de las actividades prácticas de los colegios, institutos y universidades valencianas. Estos son algunos de los motivos que denuncian los sindicatos de estudiantes y por los que empezó la #primaveravalenciana.
Los estudiantes salieron a la calle el pasado jueves 16 de febrero y sólo Valencia reunió a 20.000 personas protestando, la más grande que ha protagonizado la ciudad en los últimos años. Lo que empezó como una queja por la situación de la educación acabó después como una protesta a la reforma laboral. Este lunes la manifestación se hizo por eso: «Que no paguemos nosotros la crisis que han provocado ellos«, denuncia Luis Aguado, portavoz del sindicato de estudiantes de Valencia. Las protestas estudiantiles se han extendido a una movilidad de todos los sectores.
Pero se equivocaron, sí, la pagaron ellos y a palos. Aguado critica que la policía llegó al Instituto Luis Vives y a la Facultad de Historia disparando balas de goma y botes de humo. Hay ya 42 detenidos, «unos fueron los cabecillas que organizaban la manifestación, otros se detuvieron de forma aleatoria«, dice desde el sindicato.
Las medidas de recortes tomadas por la generalitat no han gustado: «Recortan los servicios públicos y los salarios, pero a los profesores les aumentan las horas -lamenta Aguado-, y a esto se le añade los impagos en los institutos y universidades que la Comunidad lleva meses sufriendo».
Entre los detenidos «hay de todo», desde estudiantes a viandantes que pasaban por allí y se quejaron de la actuación policial. «Usan la violencia para impedir la manifestación pacífica», cuentan los estudiantes. «Empezaron a dar porrazos, a decirle a la gente que se fueran de allí y a detener a unos cuantos».
Mientras la policía mantiene sitiada la ciudad. Ya no sólo protegen la zona del instituto donde empezó la revolución, ahora hay un «control absoluto« en el centro de Valencia. «Piden el DNI como mínimo y hasta registran las mochilas de cualquier joven que pase por allí», dice Luis Aguado. Muchos, jóvenes de entre 12 y 17 años.
A las protestas estudiantiles y contra la reforma se le ha unido otra, el rechazo a la actuación policial. Esta tarde Valencia se manifiesta para luchar de forma pacífica contra la represión con la esperanza de que sea «pacífica».
Para este miércoles, hay convocada otra manifestación a las seis de la tarde en repulsa de toda la violencia policial. No son 15M, pero «el 15M es mucha gente y hay vasos comunicantes». El movimiento está en la calle y algunos de los que protestan ahora también lo hicieron junto a los ‘indignados’. Otros ‘indignados’ se unen a ésta.
El jueves 23 la jornada de lucha continúa, pero en esa ocasión ante la Consejería de Educación. Y para el día 29 de febrero ya se ha convocado la primera huelga general estudiantil en la Comunidad Valenciana con el objetivo de aunar a los sindicatos de toda España y convocar una huelga general.
Recortes en educación
Los profesores están sufriendo los recortes de la Generalitat. No hay dinero para sustituir a los docentes y han visto rebajado su sueldo. Un profesor que cobraba 2.000 euros ahora gana 500 euros menos al mes.
A las protestas estudiantiles se unen así la de los docentes, pero además la de todos los funcionarios y trabajadores del Hospital Clínico valenciano. El movimiento se ha hecho masivo. Pero mientras la Generalitat responde con violencia.
El jefe superior de la policía valenciana, Antonio Moreno, decía este lunes que no piensa desvelar «sus armas a su enemigo». Frase que levantó escamas entre unos ciudadanos que ya dudan de si la policía les protege o está contra ellos. Ante la acción de los antidisturbios, la delegada del Gobierno de Valencia, Paula Sánchez de León, ha dicho que se depurarán responsabilidades si hubo «exceso de carga policial», justo cuando horas antes el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, reconocía que había habido exceso policial.
El SUP por su parte se ha mostrado en desacuerdo con la actitud de los antidisturbios y ha espetado al ministro de Interior que es un «cobarde» por no cesar a la delegada del Gobierno valenciano, Paula Sánchez de León.