El empresario José María Ruiz-Mateos ha llegado a los Juzgados de Via Alemania de Palma sobre las 11:35 horas y, tras salir de un taxi que le ha conducido desde el aeropuerto, ha repartido un comunicado en el que lamenta no haber sido nunca «comprendido y considerado ante la ingente y meritoria labor realizada por la familia Ruiz-Mateos durante la extensa vida de Rumasa y Nueva Rumasa».
El que fuese fundador de varios grupos empresariales ha hecho presencia en medio de una nube de cámaras y periodistas que aguardaban su llegada para declarar por la tercera causa por presunta estafa en la que se encuentra imputado en Mallorca.
Está citado en calidad de imputado, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Palma, Ana San José, en la que es su tercera causa penal por un delito de presunta estafa en Mallorca, en este caso por valor de unos 12 millones de euros en la compra de la totalidad de las acciones de la sociedad Hoteles Costa Oriental-propietaria del hotel Samoa, situado en Calas de Mallorca- a la familia Hoz.
Se trata de la segunda vez que el encausado ha sido citado en el marco de este caso, después de que el pasado 22 de febrero no acudiese a los Juzgados tras aportar su defensa un nuevo certificado médico sobre el estado de salud del fundador de Nueva Rumasa. De este modo, ha sido nuevamente emplazado a declarar bajo el apercibimiento de que si no se persona se ordenará su detención, si bien en esta ocasión sí está previsto que comparezca en dependencias judiciales, según han señalado fuentes jurídicas a Europa Press.
Junto al empresario jerezano, defendido por el abogado Ignacio Peláez, también están citados este miércoles la presunta testaferro de quien fuese patriarca del conocido ‘holding’ empresarial, María Susana Álvarez Ampuero, y otro de sus hijos, Javier. Finalmente, el 21 de marzo serán interrogados los hermanos de éste Pablo, Zoilo y José María.
En concreto, la querella de esta causa asevera que la familia Hoz es titular legítima de unos créditos que ascienden a 12,4 millones de euros, de los cuales se encuentran vencidos 641.078 euros, como consecuencia de la venta de las acciones de la sociedad a la entidad Free Size Slu, que según el escrito está en manos de una empresa domiciliada en el paraíso fiscal de Belice. Al frente de la mercantil se encuentra la imputada Álvarez Ampuero.
La denuncia afirma que la totalidad de las acciones fueron vendidas por un total de 21 millones de euros, de los cuales 19,5 millones quedaron aplazados, tal y como consta en la escritura de compraventa. El escrito asevera que el hecho de que la familia Ruiz-Mateos declare que tiene todas las empresas en paraísos fiscales «ante la desconfianza del Gobierno» y que no se presentaran cuentas consolidadas como grupo de empresas «ha facilitado que todos ellos en conjunto, y como colaboradores necesarios, hayan perpetrado la presente estafa».
El empresario y sus seis hijos varones tienen retirado el pasaporte y prohibido salir del territorio nacional después de que así lo decretase el pasado mes de enero el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma, Enrique Morell, quien además acordó para ellos la obligación de comparecer periódicamente ‘apud acta’ en dependencias judiciales, en el marco de otra causa por una presunta estafa de 7,3 millones de euros a Inversiones Insulares Radó.
Las mismas medidas cautelares que días después adoptó la jueza de adscripción territorial María Pascual, en funciones de refuerzo en el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, en el caso que indaga una supuesta estafa de 13,9 millones a Inversiones Grupo Miralles. La magistrada decretó asimismo una fianza civil de 18,5 millones de euros para el conocido empresario.
Mientras tanto, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz decretó el pasado 26 de enero el embargo de todo el patrimonio de la familia Ruiz-Mateos, compuesto por unos 220 inmuebles, fincas rústicas, cerca de un centenar de obras de arte y vehículos de alta gama, tras los registros practicados por la Policía judicial durante cerca de 15 horas.
La incautación de estos bienes se produjo dentro de la causa abierta por Ruz, que investiga a los Ruiz-Mateos por la presunta estafa a los inversores de pagarés de Nueva Rumasa, y para evitar su venta, ya que el dinero resultante de su liquidación estaría destinado a cubrir las deudas de 289,1 millones de euros contraídas con los afectados.