El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está «molesto» con la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de expropiar a Repsol su filial argentina, YPF. Así lo ha expresado en su primera intervención en el Foro Económico Mundial sobre América Latina, celebrado en Puerto Vallarta (México), y ante miles de latinoamericanos e importantes líderes políticos y económicos de la región, que durante esta jornada le han mostrado «su total apoyo».
Según el líder del Ejecutivo español, es una decisión «negativa» sobre todo para la petrolera española, que se ha visto expulsada «sin justificación alguna», aunque advierte de que no sólo perjudica a España y a Argentina, sino que también puede desprestigiar a toda la región latinoamericana. «Lo que ayer le pasó a una empresa española se puede pensar que le puede ocurrir a cualquier otra inversión», ha afirmado Rajoy en México, dónde ha acudido no sólo a hablar de economía mundial, sino también a buscar aliados en esta ofensiva que Argentina ha emprendido contra Repsol.
Una importante empresa española, que lleva desde enero luchando por mantener en activo su inversión en Argentina, y que según ha explicado este martes su presidente, Antonio Brufau, aún no se va a rendir. «Vamos a por todas», ha advertido el empresario. Una actitud muy en la línea del Gobierno español, que ya ha dicho por activa y por pasiva que no se va a quedar de brazos cruzados. El último en lanzar un órdago ha sido el presidente del Gobierno, que ha asegurado que el Ejecutivo va a trabajar con intensidad y con perseverancia para proteger no sólo los intereses de una empresa española, que también, sino porque cree que así también defiende un modelo de relaciones empresariales basados en el respeto de la seguridad jurídica.
Según Rajoy, esta controvertida decisión «afecta y mucho a la reputación internacional» de Argentina, y no le deja más margen que poner en cuarentena sus relaciones bilaterales con el que hasta este lunes, era un país amigo. El tono ha sido comedido, aunque la intención no ha sido otra que advertir a Argentina de que habrá consecuencias. Consecuencias que aún no han sido detalladas por ningún miembro del Ejecutivo español, pero que seguro que tratarán de proteger «los intereses» de Repsol y de todas las empresas españolas afincadas en la región latinoamericana.
Elsa Sardina Vejo