El Partido Popular cada vez tiene más claro que esta semana se enfrenta solo al beneplácito de unas controvertidas cuentas que ya le han supuesto más de un quebradero de cabeza. Y es que convencer a un país en crisis, con el Ibex descontrolado, y con previsiones negativas de crecimiento como las que acaba de hacer públicas el Banco de España, de que los «ajustes» son la mejor medicina para «volver a colocarnos en la senda del crecimiento», parece que se está convirtiendo en una misión imposible. Hasta el momento, los nacionalistas catalanes han sido los únicos que han aceptado las reglas del juego impuestas por Rajoy. Todas, salvo la que este martes y miércoles se discute en el Congreso de los Diputados: los Presupuestos Generales del Estado, con los que en un principio se esperaba recortar 27.300 millones, y a los que pocos días después se añadieron 10.000 millones más en las partidas de Educación y Sanidad.
Sin duda alguna, el rechazo de CiU a apoyar unas cuentas decisivas para el Gobierno ‘popular’ ha supuesto un importante varapalo para Mariano Rajoy, que ya sólo espera contar en el Parlamento español con los votos a favor de su grupo parlamentario y «probablemente alguno más», ha dicho la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aunque no ha concretado más. La actitud de la ‘popular’ ha sido de absoluta decepción con la decisión que han adoptado los catalanes de presentar una enmienda a la totalidad en los presupuestos. Según el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, estas cuentas «no reflejan lealtad institucional» con Cataluña y «no estimulan el crecimiento y la ocupación». Unas declaraciones que De Cospedal no ha podido evitar contestar. «CiU aprobó sus presupuestos en Cataluña con el apoyo del PP», ha recordado la ‘popular’ en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección que este lunes ha tenido lugar en Génova.
La secretaria general del PP no entiende las razones de CiU, y ha aprovechado esta comparecencia para recordar a los nacionalistas catalanes que ellos «también tuvieron que aceptar cosas de aquellas cuentas que no les gustaba», en clara referencia al famoso «euro por receta» que Cataluña aprobó gracias a la abstención del PP, «pero lo hicimos para asegurar la gobernabilidad de la región», ha concluido. «Si Cataluña no quiere apoyar los presupuestos, ellos sabrán cuáles son sus intereses y objetivos, pero nosotros (el PP) los apoyaremos para salir de esta situación extraordinaria», ha zanjado la ‘popular’, que ha apelado a la «responsabilidad» de CiU y de todos los actores políticos para escapar lo antes posible de la crisis.
Unas declaraciones que van muy en la línea de las que este lunes hacía el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, sobre este asunto. El ministro ha invitado a CiU a recapacitar porque la salida de la crisis no depende de una cifra de inversiones en Cataluña, sino «de que un presupuesto político envíe el mensaje a Europa y al mundo de que en España hay unas mayorías parlamentarias muy amplias que están comprometiéndose con el objetivo de la corrección del déficit público». «Tenemos que insistir en que la posición política de CiU no debe ser una posición restrictiva insistiendo en determinados planteamientos de inversión», ha señalado Montoro, quien ha recordado que el Gobierno ha aportado a la Generalitat catalana casi 2.700 millones de euros para que abone entre finales de mayo y junio sus deudas con los proveedores. No obstante, los catalanes no se olvidan de la deuda de 219 millones que el Estado tiene con ellos y de que no ha sido incluida en estos nuevos presupuestos. Montoro ha asegurado que el Gobierno no discute esta cláusula, pero «lo que ocurre en los presupuestos de 2012 es que no hay más dinero, no es posible dar más dinero para invertir y eso no es tan difícil de entender». Sin embargo, desde Cataluña parece que estos argumentos no se entienden, o no se quieren entender, como ya apuntan algunas de las fuentes consultadas por Estrella Digital, que aseguran que esta decisión de CiU sólo puede explicarse en «clave electoralista».
Elsa Sardina Vejo