El objetivo de Mariano Rajoy es claro e inamovible: seguir con la agenda reformista y cumplir y hacer cumplir los objetivos de déficit, para volver a colocar a España en la senda del crecimiento y generar empleo. Un objetivo que no sólo atañe al Estado, sino también a las comunidades autónomas, algunas de ellas visiblemente molestas con las medidas que el Ejecutivo ‘popular’ está adoptando. Primero País Vasco, y luego Andalucía y Cataluña ya han declarado públicamente su intención de recurrir al Tribunal Constitucional en defensa del autogobierno, especialmente en las áreas de Sanidad y de Educación. Un anuncio que no parece «preocupar» al presidente del Gobierno. «A mí lo que me preocupa es la realidad que vivimos y lo que me anima es que sabemos lo que tenemos que hacer y lo vamos a hacer aunque tarde tiempo en producir efectos», ha sentenciado el presidente.
Según Rajoy, las comunidades autónomas son conscientes de «la difícil situación por la que atraviesa el país» y harán los esfuerzos necesarios por «cumplir» -en clara alusión al objetivo de déficit del 1,5% estipulado en el Ley de Estabilidad Presupuestaria-, puesto que «ellas mejor que nadie» saben que se están «jugando el futuro de España». «A mí lo que me preocupa es que cumplan con sus compromisos», ha insistido el presidente, que también ha querido apaciguar el ambiente de crispación que impera asegurando que él es consciente de que «algunas» -en referencia a Cataluña, su principal aliado en el Congreso de los Diputados- están haciendo políticas muy «valientes» y que por ello no está «preocupado» por «esos anuncios».
En estos términos se ha manifestado el presidente del Gobierno. Esta vez en Oporto, en la rueda de prensa posterior a la XXV Cumbre luso-española que ha tenido lugar este miércoles y que ha ofrecido junto al primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, con el que ha podido compartir algunas de sus mayores inquietudes, sobre todo en materia económica y comercial: el 30% de las exportaciones portuguesas se dirige a España y la mitad de las inversiones extranjeras en Portugal provienen de nuestro país. Aunque también en lo que al cumplimiento de los objetivos de déficit respecta, para ambos «un compromiso ineludible» con la UE y «necesario» para salir de la «grave crisis que padecen ambos países».
Bruselas no confía en las previsiones de déficit de Rajoy
Para el presidente del Gobierno español existen tres pilares básicos que debemos construir si queremos salir de la crisis. Nada que no haya dicho antes ya: austeridad, «puesto que no podemos gastar más lo que tenemos», llevar a cabo reformas estructurales para crecer económicamente y controlar la deuda pública. De cumplirse estos tres requisitos, Rajoy ha asegurado muy animado y confiado, que España podrá cantar victoria. No obstante, las noticias que este miércoles nos llegaban desde Bruselas no parecen ser tan alentadoras. Según el globo sonda lanzado por la agencia Reuters y que ha llegado hasta el Palacio de la Alfandega en el que este miércoles Estrella Digital ha estado presente, el objetivo de déficit que la UE pronostica para 2012 no es del 5,3% sino del 6%, y en 2013 no será del 3% sino del 4%.
No sabemos si Rajoy -durante la rueda de prensa de este miércoles- ya conocía las previsiones que Europa manejaba o no. Ahora bien, el mensaje de «buen cumplidor» que ha querido transmitir cuando ha sido preguntado por la posible flexibilización de los objetivos que se estaría planteado Bruselas bien podría significar que sí tenía constancia de ello y que ha querido tranquilizar al personal. «El debate no es cómo relajar los objetivos, sino cómo cumplir con ellos», ha sentenciado el presidente, para quien ésta ha asegurado ser una cuestión «muy importante» y de «principios». «No podemos gastar lo que no tenemos. El problema ya no sólo es el compromiso que tenemos con Europa, sino cómo seguir refinanciando la deuda». El líder del Ejecutivo no lo puede tener más claro: «Tenemos que cumplir con el déficit. Ello irá acompañado de reformas estructurales. Esa es la posición que seguiré defendiendo».
Semana negra de la economía española
Bien podríamos pensar, como diría aquel, que el actual Gobierno ‘popular’ «monta un circo y le crecen los enanos». Está claro que no sale de una y ya está inmerso en otra peor. En esta ocasión, la protagonista ha sido la banca. Y no cualquier entidad, sino uno de los bancos españoles más potentes de la actualidad (Bankia) y cuya «complicada situación» ha puesto en jaque a la Bolsa de Madrid y a la prima de riesgo española, que este miércoles se situaba por las nubes, rozando casi los 460 puntos, uno de los valores más altos desde que Rajoy llegara al poder.
Aún así, el presidente español -por lo menos de puertas para afuera- no pierde el optimismo. Según Rajoy, la política de austeridad que impera en Europa es la solución a nuestros problemas. Este miércoles ha aprovechado la ocasión junto a Passos Coelho para insistir en «el compromiso de ambos países con la UE y el euro» y alabar la política reformista impuesta por el Ejecutivo portugués. «Apoyo firmemente las medidas que está adoptando Portugal», ha aseverado el presidente español, para quien todas estas reformas que se están llevando a cabo, aunque no tendrán efectos a corto plazo, «a día de hoy es lo que tenemos que hacer».
No obstante, el sentir general del pueblo portugués, ni de lejos es ése. Tal y como ha podido constatar este diario, tras varias conversaciones mantenidas con periodistas lusos en esta última cumbre bilateral -la anterior fue en Zamora en 2009-, la sociedad portuguesa dice estar «asfixiada». La tasa de desempleo en el 15%, el IVA en el 23% («y subiendo», tal y como nos han confirmado) y los recortes en el sector funcionarial (del 15% y sin pagas extras) mantienen muy preocupados a los portugues, que cada vez están más convencido de que no podrán cumplir en septiembre de 2013 con el plan impuesto por Bruselas a cambio de los 78.000 millones del fondo de rescate que recibió. «Ahora ya no tendremos ni fiestas nacionales», se quejaba amargamente un compañero de profesión. Según el cual, el primero de diciembre y el 15 de enero que hasta el momento eran festivos, desaparecerán del calendario laboral a partir del próximo año. Una medida que aún no se ha planteado en España, pero que quién sabe de lo seremos capaces de hacer con tal de evitar la misma suerte que la de nuestros vecinos, u otros países de la Unión como Grecia e Irlanda.