El cineasta Alejandro Amenábar ha recibido este martes la Medalla de Oro de Madrid de manos de la alcaldesa, Ana Botella, destacando de la ciudad que, aunque es hijo adoptivo de ella, se siente como un madrileño más y muy agradecido a la capital por darle trabajo y en lo que le gusta, por aportarle «muchísima alegría» y por darle «libertad» para vivir su condición sexual.
«Madrid es una ciudad que me ha dado trabajo y en lo que me gusta, que me ha dado libertad para dejarme vivir mi condición sexual haciendo la vida que quiero y que me ha dado muchísima alegría», ha señalado al recibir este galardón dentro de los actos del patrón de la ciudad, San Isidro.
La entrega de la medalla ha estado precedida por un video en el que algunos de sus amigos más cercanos y compañeros de profesión han hablado de él. El primero en hacerlo ha sido su guionista de cabecera, Mateo Gil, quien ha recordado con mucho humor que Amenábar era en tiempos de la universidad el «el quinto compañero de piso» aunque «no pagara». «Era nuestro apósito», ha bromeado antes de asegurar que del grupo de amigos era el que tenía «más iniciativa y más talento, prisa y empuje».
El cineasta José Luis Cuerda ha recordado de él su primera impresión, ya que llegó a sus manos un trabajo suyo en el que hacía prácticamente de todo, desde dirigir a encargarse de la fotografía. Una de sus actrices fetiche, Belén Rueda, ha dicho de él que es un «genio» al que le avala su «mucho trabajo». «El futuro de Alejandro Amenábar es abierto porque no le da miedo nada», ha asegurado.
Gallardón, Medalla de Honor
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto este martes al Ayuntamiento de Madrid para recibir la Medalla de Honor de la ciudad de manos de la alcaldesa, Ana Botella, con motivo de la festividad de San Isidro, defendiendo que la utopía sigue siendo «necesaria como programa acabado» en estos días de «riguroso realismo, sacrificio y renuncia».
«La utopía no representa a la sociedad perfecta, sólo busca una sociedad radicalmente mejorada», ha apuntado el exalcalde en Cibeles, donde ha estado arropado por toda la Corporación, miembros del Gobierno, como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría o el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, así como por el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, el subsecretario de Estado de Justicia, Juan Bravo, el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, los consejeros Pablo Cavero y Regina Plañiol, o la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, entre otros.
Tras un emotivo vídeo, en el que se ha podido ver al titular de Justicia emocionado al hablar de su padre, de su ‘padre adoptivo’ en la política, Manuel Fraga, y de sus hijos, Gallardón confesaba que no quería llevar este apellido sino el de su tío abuelo, Albéniz, y como él, dedicarse a la música. Sin embargo, la política ha sido su vida, y 29 de ellos concretamente dedicados a Madrid.
Metrosur, los túneles de la M-30 o Madrid Río son sólo algunos de los ejemplos de los años de trabajo de Gallardón en la ciudad y en todos ellos, como decía su propia voz en off, ha seguido una misma máxima: «No dejar como buenas las cosas como están porque, cuando se tiene una idea, transformar la realidad es lo más fascinante que puede hacerse».
El vídeo ha llegado a su fin con algunas imágenes más personales del ministro, mostrando su afición por las motos o con su perra Oli. «No me cambiaría por una persona fría e indiferente que, por no sufrir, paga el precio de no gozar», afirmaba el entonces alcalde de Madrid.
3.113 días de momentos buenos y grises
Ya en el estrado, Gallardón ha querido agradecer el reconocimiento a sus compañeros de partido y a sus colaboradores, con quienes compartió momentos buenos y días grises, como «los silencios de los días posteriores al 11M y las horas bajas de la crisis», de la que está convencido que se saldrá.
«Esta medalla es de todos y con todos la comparto. Pertenece a todos los que me acompañaron en el proyecto que aspiraba a ser integrador, que no buscaba otra cosa que progreso y que siempre fue ante todo social», ha señalado Ruiz-Gallardón.
En sus palabras también se ha podido percibir un tono de crítica a UPyD, aunque sin nombrar a esta formación directamente, al ser el único partido de la Corporación que no apoyó la concesión de la Medalla de Honor de la ciudad al ‘popular’ cuando es una tradición que se ha repetido con todos los alcaldes democráticos.
Es por eso que ha querido agradecer a los portavoces de IU y PSOE en el Ayuntamiento, Ángel Pérez y Jaime Lissavetzky, respectivamente, por «haber dejado de lado las diferencias ideológicas para conceder esta medalla porque esa generosidad es lo que el país necesita para salir adelante».
A eso ha añadido que esta medalla forma parte de una cadena, cuyo siguiente eslabón será Ana Botella aunque espera que en «un día muy lejano». De ella ha destacado su «incansable capacidad de trabajo, de diálogo, su proximidad a los problemas de los ciudadanos, su lealtad, constancia y dedicación».
«España tiene que demostrar lo que Madrid ha demostrado»
De esos 3.113 días como alcalde de Madrid asegura que no olvida de dónde viene y lo que debe a su entorno. «De esta trayectoria vital no olvido de dónde partió y cuánto os debo», ha señalado para tener unas palabras especialmente cariñosas para su esposa, Mar, y sus hijos. «Sólo ellos y yo sabemos la inmensidad de la deuda con ella y con ellos», ha destacado.
Pero también ha querido referirse a los otros premiados del día, el jesuita Padre Garralda y el cineasta Alejandro Amenábar, ambos Medalla de Oro de la ciudad. Del primero ha dicho que es «un santo vivo» y del segundo que admira tanto su obra como «su valor, coherencia, valentía y el modelo de tolerancia y libertad que siempre ha representado». «Sois los dos extremos del alma de Madrid, la solidaridad y el genio», ha descrito.
Ruiz-Gallardón ha añadido, por último, que «España hoy tiene que demostrar lo que Madrid ha demostrado en los últimos años, que tiene un corazón que sabe latir con tanta fuerza como el de Alemania».
Estrella Digital/EP