La Generalitat ha aprobado este martes su nuevo plan de ajuste, el tercero que aprueba en un año y cuatro meses, y que implica una reducción presupuestaria de 1.500 millones de euros.
Para lograrlo, el presidente Artur Mas ha concretado en rueda de prensa varias medidas: reducir en un 5% los complementos salariales de los empleados públicos y los complementos que paga el Govern a funcionarios del Estado; introducir una matrícula «modesta» en los ciclos formativos; suspender la convocatoria de subvenciones a la espera de rehacer las condiciones; privatización de concesiones de autopistas que gestionan empresas públicas (como ocurre con los Túneles de Vallvidrera); y ajustes de trabajadores de empresas públicas.
Mas ha asegurado que el Govern se ha visto «obligado» a ejecutar este nuevo plan de recortes porque el Gobierno «centrifuga sistemáticamente» sus déficits a las autonomías, y ha cargado también en contra de la Unión Europea (UE), por su obsesión con la austeridad.
La obsesión europea por la austeridad
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha cargado contra el Gobierno de Mariano Rajoy, lamentando que en vez de cumplir con sus deberes propios, se dedique a «reñir» constantemente a las comunidades autónomas.
Durante la presentación del tercer plan de ajustes que aprueba la Generalitat en un año y cuatro meses, Mas ha lamentado que el Estado se dedique a «centrifugar» de forma sistemática el déficit a las autonomías.
También ha lanzado críticas a las instituciones europeas por su «obsesión por la austeridad», y ha concluido que si Cataluña tuviera el pacto fiscal que defiende, estos nuevos ajustes no sería necesario aprobarlos.