El fiscal de Seguridad Vial de Sevilla, Luis Carlos Rodríguez León, insiste en defender como «correcta» la prueba de alcoholemia realizada al ex matador de toros y ganadero José Ortega Cano a partir de una muestra de sangre que le fue extraída en el Hospital Virgen Macarena y que fue guardada por orden judicial para su posterior análisis en el Instituto Nacional de Toxicología.
A preguntas de los periodistas tras presentar este viernes la memoria de la Fiscalía de Seguridad Vial de Sevilla de 2011, Rodríguez León se ha remitido a su escrito de acusación, en el que defiende la validez y legalidad de la prueba de alcoholemia en la que el ex torero arrojó un resultado de 1,26 gramos de alcohol etílico por litro de sangre, cuando la tasa máxima permitida es de 0,50, con lo cual duplicaba y casi triplicaba lo permitido en el momento del accidente en el que falleció Carlos Parra.
«Esa prueba es correcta, y esa es la idea que tenemos» en el Ministerio Público, ha subrayado el fiscal de Seguridad Vial, quien no ha querido profundizar más sobre este asunto ya que «es una estrategia de juicio que me reservo para el momento de la vista», donde «valoraré» la postura mantenida por la defensa del ganadero, que asegura que la prueba «es nula de pleno derecho» al considerar que no se cumplió la cadena de custodia.
Respecto a la celebración del juicio, Rodríguez León ha puesto de manifiesto que la fecha «la pone» el Juzgado de lo Penal, aunque «me gustaría que fuera cuanto antes porque, por razones obvias, es una situación que hay que arreglar», ya que «la familia del fallecido está en una situación económica precaria y es necesario resolverlo».
Los hechos
La Fiscalía de Sevilla solicita para el acusado cuatro años de cárcel y la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante seis años por el accidente ocurrido el 28 de mayo de 2011, cuando el Mercedes Benz R320 que conducía Ortega Cano colisionó frontalmente con el vehículo de la víctima en la carretera que une Burguillos con Castilblanco de los Arroyos.
Según el Ministerio Público, el ex matador de toros circulaba bajo los efectos del alcohol, lo que «le mermaba los reflejos necesarios para» conducir, «haciendo que su conducción fuera irregular, realizando maniobras arriesgadas para él mismo y los demás usuarios de la vía», frente a lo cual la defensa del diestro pide su libre absolución.
Así, la defensa de Ortega Cano ha aportado a la causa dos informes periciales que apuntan que el ex torero circulaba a una velocidad de entre 79 y 96 kilómetros por hora (frente a los 125 km/h marcados por la Guardia Civil) y reaccionó «rápidamente».
Estrella Digital/EP