Zarzuela evita entrar en la polémica en torno a los llamamientos nacionalistas para llenar Madrid de senyeras e ikurriñas este viernes con motivo de la final de la Copa del Rey, que disputarán el FC Barcelona y el Athletic de Bilbao y la posterior sugerencia de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, de que el partido se juegue a puerta cerrada si se producen pitidos contra el himno español y la Corona.
«No hay ningún comentario que hacer», señalaron desde la Casa del Rey.
Este viernes será el Príncipe de Asturias, y no el Rey, el que entregue al ganador el trofeo. Don Juan Carlos, explica Zarzuela, sigue recuperándose de su operación de cadera y de momento no ha retomado los actos públicos fuera de palacio.
Hace unos días, un portavoz de la Casa del Rey explicaba a los medios de comunicación que si los pitidos vividos en anteriores ediciones de la final de la Copa se repiten este año, se tratará de silbidos que no irán dirigidos únicamente contra la Corona, sino que serán protestas contra España y sus símbolos.
Hace tres años, el Barça y el Athletic de Bilbao jugaron la final en el Mestalla de Valencia y ya entonces se produjo una sonora pitada en el estadio mientras sonaba el himno español.