La protagonista del día ha vuelto a ser la prima de riesgo. Sin embargo, en el Congreso de los Diputados nadie se ha atrevido a hacer referencia a ella. Este miércoles batíamos un nuevo récord y las soluciones para superar esta «difícil situación» siguen siendo las misma que este lunes defendió en la calle Génova el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: reducir el déficit público, reformas estructurales, reformas en Europa, la sostenibilidad de la deuda pública y la integración política, fiscal y monetaria en la Unión. Los ya famosos cinco puntos que tanto el líder del Ejecutivo, como sus asesores más cercanos defienden como los ingredientes estrella de una receta que aún no ha demostrado ser eficaz y eficiente para superar la grave crisis que padece nuestro país. Y esto parece estar afectando al corazón del Ejecutivo.
Hasta el momento, las sesiones de control al Gobierno que frecuentemente se celebran los miércoles en el Parlamento nacional, han estado marcadas por la confrontación y el disenso entre el Gobierno y el principal partido de la oposición. La ley de estabilidad presupuestaria, la reforma laboral y los Presupuestos Generales del Estado han enfrentado durante meses a PP y PSOE en el Hemiciclo. No obstante, las peligrosas dudas sobre la economía española y la sostenibilidad de nuestra deuda parecen haber ablandado el espíritu combativo que desde que arrancó esta X Legislatura mantenían los dos principales partidos nacionales. De hecho, da la sensación de que la última reunión que Rajoy y Rubalcaba mantuvieron en La Moncloa el pasado viernes ha sido más fructífera de lo que a la prensa se nos ha transmitido.
El talante negociador de Rajoy ha sorprendido a propios y extraños
Sin duda alguna, el talante negociador de Rajoy ha sorprendido a propios y extraños. La actitud del presidente del Gobierno cuando Rubalcaba le ofrecía diálogo y consenso sobre determinadas cuestiones de Estado era de absoluta incredulidad. Rajoy nunca ha confiado en las intenciones de la oposición, aunque todo parece haber cambiado. Hasta el momento, la mayoría absoluta en el Parlamento era su mejor arma; y la legitimidad que el pueblo español le dio el pasado 20 de noviembre su bandera. Pero las circunstacias están mutando a una velocidad insospechada. El presidente confiaba en que sus reformas ya comenzaran a arrojar luz sobre el desolador panorama económico español; y sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Este miércoles, Rajoy no ha querido atender a los periodistas en el Congreso -pensará que las 20 preguntas que el pasado lunes concedió ya han sido suficientes-. No obstante, en los pasillos, algunos de sus asesores sí han reconocido a Estrella Digital su desazón por la situación que estamos atravesando. La prima de riesgo no desciende de los 500 puntos, y para colmo, el BCE lanza extrañas señales sobre su apoyo o no al plan de saneamiento de Bankia. Un tema sobre el que el presidente ha preferido no pronunciarse.
Rubalcaba no le ha formulado una pregunta directa al respecto, pero sí que en una de sus intervenciones le ha exigido «transparencia» sobre Bankia para que comparezcan los exgestores de la entidad, para que se conozca lo que ha ocurrido y para que «no se pierda ni un euro al final de la operación». «Dejen que esta Cámara actúe con transparencia», ha afirmado el secretario general del PSOE. Una petición a la que Rajoy ha hecho oídos sordos, prefiriendo centrar el debate en lo que él considera una cuestión capital: favorecer el crecimiento económico y generar empleo en España y en la Unión Europea.
Europa y la sostenibilidad de la deuda
Sobre política europea, el líder socialista ha planteado a Rajoy acordar un plan de crecimiento antes del Consejo Europeo que se celebrará a finales de mes. «Siempre he sido partidario de que haya acuerdos en política europea, ahora me parece fundamental», ha apostillado. Rubalcaba ha asegurado que «para crecer España necesita tiempo», algo que, según ha dicho, no significa no cumplir los objetivos de déficit, sino hacerlo a «una velocidad más pausada». Además, ha dicho que España necesita «abaratar el precio de la deuda que pagan el Estado y las empresas», para lo que hay que pedir la «actuación» del Banco Central Europeo (BCE) como ha hecho el Gobierno.
Rajoy y Rubalcaba comparten los «deseos de consenso» en política europea
En su turno, el jefe del Ejecutivo ha dicho que comparte los «deseos de consenso» de Rubalcaba en política europea. «Es importante y estoy dispuesto a hablar con usted cuando lo estime oportuno y conveniente, y con cualquier miembro de esta Cámara», ha añadido. Rajoy ha señalado que las reformas que se hagan en el seno de la UE son «muy importantes» para el crecimiento, la generación de empleo y la mejora del bienestar de los ciudadanos, pero ha defendido la necesidad de «hacer más cosas», como luchar contra el déficit público y hacer reformas en España y en el seno de la Unión Europea.
Nervios de todos los colores en los pasillos
El discurso oficial es claro: «Hay que estar tranquilos y esperar». No obstante, entre bambalinas, la sensación que se respira es otra. Este miércoles, en el Parlamento, los diputados han preferido estar fuera del Hemiciclo y comentar con sus colegas de bancada, así como con otros colegas de diferente color sus impresiones sobre el nuevo récord de la prima de riesgo. La conclusión: nadie está tranquilo. Unos hablan de intervención y de rescate, y otros prefieren evitar este debate. Rajoy lo descartó el pasado lunes, aunque los suyos prefieren no ser tan contundentes en dicha afirmación. «Nosotros estamos haciendo las reformas correspondientes para salvar la situación, lo que ocurra después no se puede predecir», han confirmado a este diario varias fuentes gubernamentales.