El dimitido presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, ha asegurado este martes que la «cruel» y «burda» persecución que asegura haber sufrido por la polémica de sus viajes a Marbella (Málaga) no surgió «de la noche a la mañana» sino que ha habido «una orquestación con una dirección» que finalmente ha conseguido que presentara su renuncia.
«Es difícil pensar que una campaña de este tipo se ha podido organizar por generación espontánea. Una campaña que además ha sido burda, se ha metido en aspectos de la vida privada, en mi vida religiosa, en aspectos que defiende la propia Constitución y cada día se ha hecho una bola de nueve más grande» ha denunciado en una entrevista en la Cope.
En este sentido, ha asegurado que todo esto hace pensar que la campaña no ha podido surgir de la noche a la mañana. «Yo creo que ha habido una orquestación con una dirección» ha aseverado, para matizar, no obstante, que «no es más que una opinión» sobre la que no tiene «prueba alguna».
Preguntado por los fines que habrían motivado el surgimiento de esta campaña «orquestada», Dívar ha asegurado que «el que se ha producido es muy claro: la sustitución del presidente del Consejo». Asimismo, ha denunciado que dicha campaña ha sido «cruel», «desproporcionada en todos los sentidos» y «con ensañamiento», al tiempo que ha asegurado que «ha tenido aspectos de proceso paralelo». «Me he sentido dentro de una persecución», ha confesado.
Por otra parte, ha reconocido que quizás debería haber dado explicaciones antes y no haber guardado silencio tanto tiempo, si bien ha justificado que, como toda persona, «está sujeto a errores» y que como juez, era su deber no opinar sobre procesos abiertos.
«Las opiniones de los jueces tienen que ser sobre autos y sentencias. Esto era distinto porque había ataques personales. Tal vez debí salir antes al paso, en el primer momento, antes de que esto se hiciera tan grande, pero todos cometemos errores. Es posible que haya sido un error mío», ha añadido.