El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha negado que el acuerdo alcanzado entre su partido y el PP para renovar los órganos constitucionales pendiente sea un reparto de cargos entre ambos y ha defendido «el rigor y la competencia profesional» de los elegidos y la «voluntad integradora» del pacto, que cuenta con candidatos respaldados por CiU e IU.
En declaraciones a la ‘Cadena Ser’, el dirigente socialista ha subrayado también el «equilibrio» entre sexos y ha explicado que le pidió de hecho al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que propusiera a una mujer como Defensora del Pueblo. Ha alabado así la figura de Soledad Becerril y también la de quien será su número dos, Francisco Fernández Marugán, «dos buenas personas» con un «ejercicio político largo y de pluralidad, tolerancia y respeto a las instituciones».
Rubalcaba ha defendido también el resto de nombramientos y el hecho de que alguno de los candidatos se haya pronunciado públicamente sobre algún asunto que está pendiente de resolución en el TC, como Andrés Ollero, propuesto por el PP y contrario al matrimonio homosexual, pendiente de resolución en el Constitucional por un recurso de los ‘populares’.
El dirigente socialista ha advertido de que es muy difícil encontrar catedráticos o magistrados que no hayan opinado o escrito sobre asuntos de actualidad, «sobre los grandes debates», y ha añadido que sostener este criterio ha provocado algunos de los «problemas» que ha tenido el TC. «Es un error», ha insistido, para recordar que las sentencias además se discuten «a fondo» entre los distintos magistrados y se consensuan en la mayoría de los casos.
Pese a defender este acuerdo, Pérez Rubalcaba ha censurado una vez más que se haya producido con el PP en el gobierno, ya que cuando se encuentra en la oposición «bloquea» las renovaciones. «A cada cual su responsabilidad. Nosotros somos un partido serio», ha dicho.