El futuro de Francisco Camps en relación al caso Nóos se vislumbra desde este jueves más negro después de que el exvicepresidente valenciano Víctor Campos le señalara como quien marcó la pauta para adjudicar a dedo a la ONG de Iñaki Urdangarin los Juegos Europeos, para los que la Generalitat se comprometió a pagar seis millones de euros y que nunca llegaron a celebrarse. Campos, quien en un momento de su declaración preguntó al juez si seguía siendo testigo o había pasado a convertirse en imputado, admitió que antes de agosto de 2005 viajó a Barcelona para verse con Urdangarin. Y que lo hizo con el consentimiento y la anuencia de Camps, quien, previamente –sostuvo Campos- ya se había reunido con Urdangarin. El objetivo, buscar nuevos proyectos importantes para Instituto Nóos, que en 2004 ya había recibido el encargo de organizar tres minicumbres turístico-deportivas, las ya famosas Valencia Summit por las que la pretendida ONG percibió 3,1 millones de euros.
Campos, que entró y salió como testigo, ofreció una explicación inédita sobre por qué el convenio con Instituto Nóos para los Juegos Europeos, aprobado y firmado por él mismo la víspera de la Nochebuena de 2005, se cifró en seis millones de euros. Según el exvicepresidente valenciano, condenado en el caso de los trajes previo acuerdo con la fiscalía y ahora retirado de la política, a Camps y a él mismo les pareció bien ese montante. Es decir, en el convenio aparecen seis millones –Nóos cobró finalmente sólo 382.000 euros- sin que ningún estudio, informe o tasación previa apuntara a que esa cantidad sería la necesaria para organizar la competición deportiva.
La declaración de Campos coloca al juez del caso ante una enorme disyuntiva: o pasa de largo y no se da por enterado de que fue Camps quien decidió hacer una adjudicación a medida de Instituto Nóos por nada menos que seis millones o tiene en cuenta las palabras del exvicepresidente valenciano. La primera hipótesis se perfila remota, dado que fuentes del caso remachan que tanto la Fiscalía como el juez conceden gran importancia a lo dicho por Campos. Pero imputar a Camps, que goza de aforamiento ante el Tribunal Superior (TSJ) valenciano por su condición de diputado autonómico en las Corts, resulta extremadamente complicado para el juez. La jurisprudencia balear permitiría al juez José Castro citar como imputado a Camps pero hacerlo implicaría abrir la puerta a la nulidad de esa declaración una vez que el caso pasara al TSJ de Valencia . El magistrado, por tanto, tendrá que calibrar su decisión en las próximas fechas. Y hacerlo de común acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción.
La de Campos fue, por su contenido, la declaración más relevante de segunda y última jornada de la ronda de comparecencias en Valencia. A la suya siguieron, entre otras, la de su sucesor como vicepresidnete, Vícente Rambla, y la de la exconsellera de Deportes Trinidad Miró. Ambos hicieron causa común con Camps y quitaron hierro al hecho de que se reunieran con Urdangarin a finales de 2007 y a comienzos de 2008 para, según un empresario imputado en la causa, hablar de los Juegos Europeos, proyecto que oficialmente había decaído un año antes. Miró, responsable de Deportes en aquellas fechas, llegó a decir que se enteró de la existencia de los Juegos cuando estalló el caso Nóos. Y admitió que se había reunido con Rambla antes de la declaración judicial. ¿Para qué? Para “recordar” las reuniones mantenidas con Urdangarin en 2007 y 2008. Ambos, Rambla y Miró, coincidieron en su versión sobre el encuentro de 2008 con el duque de Palma: se hizo para comunicarle que ya no habría más eventos.
Alicia Gutiérrez