domingo, noviembre 24, 2024
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Ni rastro de correos comprometedores para la Casa Real en el servidor de la trama Nóos

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El rastreo del servidor informático de Instituto Nóos, la ONG que capitaneaba Iñaki Urdangarin, ha terminado sin que la Policía detecte un solo correo electrónico comprometedor para la Casa Real. Así lo confirmaron ayer fuentes de la investigación al tiempo que sugirieron que ni siquiera los tres e-mails que el abogado de Diego Torres, socio del duque, entregó al juez en abril se encontraban en ese servidor pese a que fueron enviados desde el dominio de Instituto Nóos.

Fue el terremoto desatado por esos tres correos, relativos a gestiones del rey a favor de su yerno y sus negocios y al papel de la infanta Cristina –mencionada en uno de ellos-, lo que llevó al juez a ordenar a comienzos de mayo a la Policía que destripase el disco duro de Nóos. Aunque distintas informaciones periodísticas señalaban por entonces que el abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, se había jactado de tener «otros 200 correos» capaces de hundir la monarquía, el aludido lleva meses negando ese extremo.

Fechado el 7 de octubre de 2007 y remitido por Urdangarin a Torres, uno de los correos aportados al juez dice: «Tengo un mensaje de parte del rey y es que le ha comentado a Cristina que le llamará Camps a Perelló para comentarle el tema de la base del Prada y que en principio no habrá problema y que nos ayudarán a tenerla». El Perelló mencionado era el impulsor del llamado Proyecto Ayre, que buscaba la incorporación de un segundo equipo español a la Copa América y en el que se involucró, aunque de modo fallido, la Fundación Deporte, Culura e Integración Social (DCIS), justamente la utilizada por la trama Nóos para sacar de España más de medio millón de euros. De momento, ese medio millón acabó en cuentas de Luxemburgo aparentemente controladas por Diego Torres. Las fuentes consultadas ayer aseguran que, en principio, también señala a Torres la cuenta bloqueada en Andorra a petición del juez del caso, José Castro.

En mayo, y una vez que el juez ya había ordenado a la Policía Científica hurgar en el servidor informático de la ONG que captó 5,8 millones de euros públicos en Valencia y Baleares, el abogado González Peeters se declaró convencido de que no había más correos que los ya aportados en abril. Y comenzó a lanzar una frase enigmática: «Todo está en las actuaciones, pero hay que leer los papeles», dijo en varas ocasiones. Las fuentes consultadas en la investigación aseguran que el defensor de Diego Torres nunca ha explicado a qué se refiere ni ha facilitado pistas sobre el eventual significado oculto de otros e-mails descubiertos tras los registros policiales de noviembre.

Aunque las fuentes consultadas dan por hecho que ni siquiera se encontraban en el servidor los tres correos entregados en abril por la defensa de Diego Torres, pidieron cautela sobre ese último punto: porque la transcripción de todos los mensajes ocultos en el disco duro analizado todavía está por efectuar y porque la misión de los agentes era descubrir nuevos correos mediante la aplicación de filtros de búsqueda. El disco duro, que hacía las veces de servidor, se incorporará a las actuaciones en cuanto la Policía finalice sus trabajos. A preguntas de este diario sobre la hipótesis teórica de que el disco duro pudiera ser susceptible de alteración, los investigadores remacharon que se trata de una opción materialmente imposible: el servidor estaba protegido ya antes de su entrega a la Policía. Una vez culmine el trabajo de los agentes, se incorporará a las actuaciones y cualquier parte personada podrá, si lo desea, solicitar una nueva pericial privada.

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