En un primer momento se descartó que los restos pertenecieran a los menores ya que la Policía científica realizó pruebas que determinaron que correspondían a animales. Sin embargo, el informe del antropólogo contratado por la familia materna y corroborado por los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) ya indicaba que los restos hallados en la finca de Las Quemadillas eran de los pequeños. Pero hay más, según publica el diario El País, Francisco Etxeberría asegura que «fueron víctimas de una muerte violenta de tipo homicida desde el punto de vista médico legal».
El forense ha declarado al diario El País que ha analizado «cerca de dos centenares de trozos de huesos, algunos del tamaño de una uña» y «nueve dientes», pero que no es posible identificar el ADN de los huesos porque los cuerpos fueron quemados «a una temperatura de 800 grados y por eso es absolutamente imposible su análisis genético» y «solo cabe el morfológico». Es decir, que no se podrá determinar si los pequeños murieron antes o después de la incineración.
Además, las conclusiones extraídas por Etxebarría son totalmente opuestas a las realizadas por la Policía científica porque afirma que «a simple vista» se podía comprobar que no se trataba de restos de animales por «la forma anatómica», según publica el diario El País.
Aún así, en una entrevista realizada por Canal Sur Televisión, Francisco Etxebarría no ha confirmado que los huesos pertenezcan a Ruth y José y ha declarado que «eso lo tiene que decir la autoridad judicial».
«Nosotros como peritos aportamos información para conocer la verdad y, de esa verdad pericial, se derivan resoluciones judiciales. Pero no me corresponde a mí en este instante al menos dar opinión ni facilitar detalles de mi propia intervención», ha concluido.