Previo anuncio de que toma una excedencia temporal en Telefónica para no perjudicar la imagen de la compañía, Iñaki Urdangarin anunció este lunes su vuelta a Barcelona desde EEUU junto con toda su familia. El regreso del duque, a quien su abogado visitó este mismo lunes ya en el palacio de Pedralbes, se produce en un momento decisivo para la investigación sobre los manejos económicos de su ONG, Instituto Nóos, con los Gobiernos valenciano y balear, de los que obtuvo nada menos que 5,8 millones de euros.
Salvo viraje drástico, la Fiscalía Anticorrupción solicitará a lo largo de septiembre para el yerno del rey y su antiguo socio, Diego Torres, una fianza civil millonaria en previsión de las responsabilidades económicas que pudieran derivarse de una eventual condena. Para determinar el importe de la fianza, el ministerio público lleva meses esperando que la Agencia Tributaria cuantifique la suma global presuntamente desviada en Valencia, donde Instituto Nóos suscribió cuatro convenios con la Generalitat durante el mandato de Francisco Camps. En Baleares, Anticorrupción sostiene que la cifra cobrada indebidamente fue no inferior a 1,3 millones de euros.
La Fiscalía también se encuentra a la espera de que la Agencia Tributaria levante el velo de Nóos. Es decir, que dictamine cuántos impuestos deberían haber pagado como personas físicas los responsables de la ONG si esa entidad no fuese considerada como carente de ánimo de lucro. Ese informe puede ampliar con el de delito fiscal la panoplia de infracciones ya atribuida a Urdangarin: malversación, falsedad documental, prevaricación y, sobre todo, blanqueo de capitales.
Junto con la fianza y el informe de levantamiento de velo, Urdangarin y su socio se enfrentan a un tercer factor de riesgo para su futuro procesal: las comisiones rogatorias –solicitudes de ayuda internacional- cursadas por el juez del caso, José Castro, a Suiza, Luxemburgo y Andorra. Según las fuentes consultadas, Andorra ya ha contestado al magistrado. Las mismas fuentes aseguran que la cuenta allí bloqueada, al igual que las que la justicia trata de localizar en Luxemburgo, estarían a nombre de Diego Torres. En cambio, los depósitos de Suiza cuya pista siguen los investigadores se relaciona, en principio, con Urdangarin, aunque ninguno de ellos figura a su nombre sino al de presuntos testaferros.
Alicia Gutiérrez