El peso de las mochilas escolares no debe superar entre el 10 y el 15% del peso del menor para evitar problemas de espalda en los niños, recuerdan desde la Asociación Española de Productos Para la Infancia (Asepri), con motivo del inicio del curso escolar. Entre las recomendaciones que los padres deben tener en cuenta, recuerdan que estos artículos «deben adecuarse a la estatura y al peso de cada niño». Por ello, propone el uso de mochilas prácticas, con diseños anatómicos, respaldo acolchado y correas anchas, así como acolchadas.
Además, señalan que deben ser llevadas por los dos tirantes a la altura lumbar, repartiendo el peso entre los dos hombros, y que los objetos más pesados se coloquen lo más cerca posible de la espalda. Asimismo, ha recomendado el uso de purificadores de aire en las aulas porque eliminan las bacterias, el polen, las partículas de polvo, alérgenos y olores, al tiempo que evitan la aparición de alergias, asma, problemas respiratorios e infecciones.
En esta línea, el presidente de Asepri, Vicente Mompó Buchón, ha apuntado que en época escolar son «frecuentes las transmisiones de gérmenes e infecciones», por lo que ha advertido a los padres sobre la importancia de la utilización de productos y accesorios específicos que previenen los contagios.
«Debemos tener en cuenta que el sistema inmunitario de los niños es inmaduro y hay que tomar medidas para asegurar la salud y la higiene de los más pequeños», ha señalado Mompó, quien ha recordado la existencia en el mercado de prendas bactericidas y funguicidas que reducen en un 70 por ciento las colonias de bacterias y hongos.
Ropa y calzado
Para el inicio del curso escolar, Asepri ha advertido de que se debe tener en cuenta la ropa que se adecue a las necesidades del niño. En esta línea, apunta a prendas de fibras naturales, ligeras, cómodas y que permitan la autonomía de los menores.
En referencia al calzado, Asepri insiste en la importancia de escoger zapatos adecuados para la etapa escolar con el fin de prevenir futuros problemas en el desarrollo de los pies, que sean cómodos, de materiales de calidad, transpirables y que sujeten bien el pie. Destaca también la necesidad de acertar en la talla, de manera que no quede ajustado ni grande, ya que en este último caso puede producir torceduras o caídas por falta de sujeción.
El calzado debe ser de fibras naturales, de piel o lona que permita la transpiración para evitar las irritaciones y la aparición de hongos. Es recomendable el que tenga las suelas antideslizantes y material flexible que no impida sus movimientos. Asimismo, aconseja no usar cada día los mismos zapatos y no utilizar calzado prestado o heredado.
Estrella Digital/EP