Unas mil personas han reclamado este domingo el «cierre inmediato» de la central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el Valle de Tobalina, en la provincia de Burgos, con la esperanza de poder celebrar esta noticia realmente en el año 2013, después de la decisión de Nuclenor, empresa propietaria del reactor, de no solicitar la prórroga de la vida útil hasta 2019, como estaba previsto inicialmente.
Estos manifestantes han participado en la 33 Marcha contra Garoña organizada por la Coordinadora contra Garoña y por la Coordinadora Estatal Antinucleares con el apoyo de otros colectivos, como Greenpeace o Ecologistas en Acción y de formaciones sindicales y políticas como CC.OO e IU, con el diputado de IU por Asturias, Gaspar Llamazares, a la cabeza que ha reclamado al Gobierno central un calendario para el cierre de todas las centrales nucleares del país y una política energética «más sostenible».
Durante la marcha, que ha transcurrido entre la localidad burgalesa de Barcina del Campo y la instalación nuclear, los manifestantes han recordado también los últimos acontecimientos sucedidos en la central nuclear belga Doel 3 -en cuya vasija, fabricada con materiales comprados a la misma empresa que los de Garoña, se han encontrado grietas- lo que añade, a su juicio, «más peso a una extensa relación de motivos» para el cierre inmediato del reactor burgalés, al que han tildado de «obsoleto».
Desde la Coordinadora contra Garoña han exigido al Gobierno que reconsidere su decisión de permitir funcionar más años a esta central y que deje de supeditar el futuro del sistema eléctrico a los intereses de las grandes empresas eléctricas. «Es necesario otro sistema energético basado en el ahorro y las energías renovables y el cierre inmediato de Garoña es un paso imprescindible para caminar hacia un futuro energético limpio y sostenible», han reclamado.
El acto reivindicativo ha terminado con un «brindis simbólico», al igual que el celebrado el pasado sábado ante las puertas de la central de Almaraz (Cáceres), para lo que se ha repartido cava para celebrar ese hipotético cierre del reactor burgalés.
Estrella Digital/EP