Según ha podido saber ESTRELLA DIGITAL de fuentes cercanas a la investigación de la denuncia por amenazas presentada por Alvaro Lapuerta, extesorero nacional del PP, en la mañana del jueves en la comisaría de Chamartín, la policía, tras rastrear las llamadas del número de teléfono del exdirigente popular cercano a Rajoy, ha identificado a una de las personas sospechosas y ha descartado, tras realizar un interrogatorio y un careo, que existiera ánimo de asustar o hacer daño, toda vez que, al parecer, los términos empleados inducían a confusión.
Por otro lado, con respecto a la segunda llamada recibida, la policía ha localizado el teléfono desde el que ésta se realizó, que corresponde al locutorio de un conocido hotel madrileño en el centro de la ciudad. Los siguientes pasos, ya en marcha, conducirán a la identificación de las personas registradas en las cámaras de seguridad.
El mensaje recibido por el dirigente popular y que ahora es el centro de la investigación decía: «Tú ya tienes 95 años y te vas a morir pronto, pero piensa en tus hijos y en tus nietos. Ten cuidado con lo que haces».
El origen de esta amenaza se sitúa, al parecer, en una información publicada por El País en su edición del pasado martes 18, en la que el periodista José Manuel Romero recuperaba uno de los casos más emblemáticos en cuanto a irregularidades relativas al espionaje político en torno a la actividad de miembros del gobierno de Aguirre. En esa información se decía: «Cuando desde la dirección nacional del PP, a través de su extesorero Álvaro Lapuerta, insinuaron prácticas de espionaje por parte del Gobierno de Esperanza Aguirre y se abrieron investigaciones internas para depurar responsabilidades, González (Ignacio González, entonces vicepresidente y en la actualidad presidente en funciones) respondió con una jugada cargada de riesgos, según explicaron a este periódico dirigentes del PP conocedores de la maniobra. González difundió informaciones que implicaban a dirigentes nacionales del PP en supuestas presiones para que la Comunidad de Madrid adjudicase varios contratos a empresas que simpatizaban con el PP o eran propiedad de cargos del partido. En Génova entendieron el mensaje, cerraron la investigación interna y olvidaron el caso. González ganó esa partida».