El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo no se desvía de la estrategia trazada. El guión fija el rechazo a la petición de independencia de Cataluña, la distinción entre las políticas del Gobierno central y el gallego y la ‘amenaza’ de la oposición que se encuentra fragmentada en cinco partidos. Y en ese mismo orden ha desarrollado su discurso en un desayuno informativo en Madrid.
«Autonomismo sosegado», «No hay ‘antigalleguismo’ porque tenemos capacidad de agrupar», «Hay que ver como pagamos lo que debemos y no como vamos a repartir lo que no hay», «España no necesita un problema mas». Feijóo le ha dedicado una retahíla de críticas al presidente de la Generalitat, Artur Mas, al que además ha denunciado por “amenazar” el orden constitucional. Feijóo ha ratificado la postura de los ‘populares’ que consiste en cerrarse en banda y rechazar las proposiciones de Cataluña, sin aclarar la posibilidad de un acuerdo para solventar el conflicto.
Y es que también refutan la proposición de los socialistas, que contemplan la posibilidad de estudiar la implantación del federalismo. “El PSOE ha gobernado 22 años en este país y ha sido en estos últimos 22 días cuando se les ha ocurrido el planteamiento del Estado Federal” ha señalado Feijóo.
Para el presidente de la Xunta la prioridad es otra y consiste en dos bases fundamentales: cumplir el objetivo de déficit y lograr el crecimiento económico. Hasta ahí de acuerdo con su compañero Mariano Rajoy, porque el presidente de la Xunta ha destacado las diferencias entre las políticas gallegas y las del Gobierno central.
“Hemos gestionado la realidad y por eso no tenemos que pedir ayuda” ha declarado Feijóo. “Hemos esquivado la subida de tasas en educación, hay más profesores por alumno y garantizamos la asistencia gratuita para los inmigrantes”. Lo ha podido decir más alto pero no más claro. Galicia no es Rajoy y se desmarca de la hoja de ruta del Gobierno con las elecciones a la vuelta de la esquina. La comunidad gallega es determinante porque será la que legitime las políticas y los recortes que se deciden en Moncloa. Incluso ha criticado el sistema de financiación y ha reconocido que “no nos gusta porque nos lo han impuesto”, así como los PGE, “no le gustan a nadie, ni siquiera al que los ha hecho”. Una declaración sincera que ha suivizado defendiendo que a pesar de todo «garantizan las pensiones» y los derechos sociales «básicos».
El malestar entre los barones del PP es evidente y las críticas han sido duras, sobre todo por parte de los Gobierno de Aragón, Valencia y Baleares. Bauzá considera que son «injustos» y cree que «son unos Presupuestos que de ninguna manera se merecen los ciudadanos de las Islas Baleares y que son absolutamente injustos para los intereses de las islas que están cumpliendo con sus objetivos presupuestarios y de déficit». Por su parte, Alberto Fabra ha confesado que con unos presupuestos que no le gustan para la Comunidad Valenciana. Al igual que Luisa Fernanda Rudí, la presidenta del Gobierno de Aragón, que ha reconocido que «no es lo que esperaba».
Una declaración sincera que ha suavizado defendiendo que por lo menos «garantizan las pensiones» y los derechos sociales «básicos».
Por último y para cerrar su comparecencia se ha referido a sus rivales electorales. Su argumento, el de siempre. La advertencia de la llegada al poder de una izquierda fragmentada y dividida que amenaza a Galicia. “Cinco partidos son la alternativa frente al PP”.