Ignacio González ha dejado de esconderse entre las tinieblas de Esperanza Aguirre y ha visto la luz. Lo ha hecho en la Sesión de Control al Gobierno de la Asamblea Madrid, esta vez como Presidente. Con el discurso bien aprendido ha saltado a primera fila, pero sin sorpresas. No le ha temblado el pulso cuando sus contrincantes le han avasallado con duras críticas y acusaciones, ni siquiera cuando Gómez le ha lanzado la pulla más grave en política: el descrédito que sufre dentro de su partido. Maneja con soltura el lenguaje político y lo sabe, pero flaquea en argumentos y en discurso.
El secretario General del PSM ha criticado los PGE aprobados por el Gobierno central porque considera que golpean a la Comunidad. Los presupuestos pronostican duros recortes para Madrid y Gómez ha alertado sobre las consecuencias. «Van a recortar en educación, van a aumentar los ‘copagos’ sanitarios y las pensiones perderán poder adquisitivo». Y no sólo se ha atrevido con la predicción económica, también ha vaticinado el futuro de González: «le van a dejar presidir durante un tiempo, pero no le van a dejar gobernar». El líder socialista le ha atacado donde más duele, su falta de autoridad y prestigio entre los suyos. Quizás por su estrecha relación con Aguirre, quizás por las oscuras tramas de corrupción y de espionaje que le persiguen, sea por lo que sea Rajoy no le quiere cerca, e incluso evita responder a sus llamadas de teléfono. Un desprecio público que puede doler y que Gómez ha decidido resaltar. «No consiguió una foto con Rajoy porque no quiere verle ni de lejos».
González responde con elocuencia pero utiliza constantemente el recurso trillado y fácil de la herencia recibida por parte de los socialistas. «Los presupuestos nos afectan, teniendo en cuenta en la quiebra y el desastre que nos dejó Zapatero». Argumento deficiente que ofrece vía libre a Gómez para ganarle el combate. Primero le pide que haga «un poco de memoria» porque los PGE presentan un recorte a la Comunidad: «de un 40% más de lo que hizo Rodríguez Zapatero». Y después dispara: «usted no tiene autonomía para defender a Madrid», «los suyos no se fían de usted y le han mandado un ‘hombre de negro’ para vigilarle».
De nuevo la réplica no expresa ninguna novedad y se refiere a la «demagogia», a la «mentira» y a Parla. «Usted está acostumbrado a no pagar la deuda, como hizo en Parla». Acusa a los socialistas de que desde «2004 a 2007 vivieron de las rentas que les dejó el PP». Y porque el día de su estreno le incomoda que públicamente afirmen que el Presidente del Gobierno le menosprecia, se ha dirigido a Gómez para advertirle de que «sus compañeros le colocan en la ‘cuevita'» porque «se ha instalado en la izquierda radical».
Orgulloso ha declarado que el Gobierno madrileño «ha hecho los deberes» y que tiene «la capacidad suficiente para hacer frente a nuestras obligaciones». Pero el portavoz de IU, Gregorio Gordo, al igual que Gómez, augura más asfixia social: «Este escenario económico y sus declaraciones llevan a un único resultado: más recortes, más paro, más pobreza y más conflicto social». Ha dibujado el escalofriante escenario al que se enfrenta Madrid de cara al próximo año. La realidad es que la Comunidad debe recortar 1.500 millones de euros para alcanzar el objetivo de déficit. Lo que se desconoce es de qué forma se pretende alcanzar la meta y el impacto en la ciudadanía de políticas cada vez más opresivas. Por eso, Gordo ha advertido del posible conflicto social porque «cada vez hay más gente que no tiene nada que perder».
En esta ocasión UPyD ha renunciado a realizar su pregunta a Ignacio González por la decisión de la mesa de la Asamblea de Madrid de impedir preguntar al Presidente: «¿Considera la corrupción en la Comunidad de Madrid es un asunto resuelto?».