Contrapronóstico puede revalidar la mayoría necesaria para ser presidente de la Xunta, como ya hizo en 2009 cuando parecía no tener muchas posibilidades. Contrapronóstico y mucho azar consiguió la presidencia del PP de Galicia.
Alberto Nuñez Feijóo no se iba a dedicar a la política, quería ser juez. Pero su padre se queda en el paro y por eso decide presentarse a unas oposiciones de funcionario, que aprueba con éxito con tan sólo dos meses de preparación. Consiguió la segunda mejor nota de la convocatoria.
Y es que fue buen estudiante desde muy pequeño. Así le recuerdan los paisanos del pueblo donde nació, Os Peares, un concello gallego perteneciente a la provincia de Ourense y que abandonó en su adolescencia. Feijóo estudió el bachillerato interno en el colegio Maristas de León, que también abandonó para trasladarse a Santiago de Compostela para estudiar derecho en la universidad.
Es Romay Becaría, ministro con el Gobierno de Aznar, el que le introduce en la política como funcionario para cubrir la vacante de la Secretaría General de la Consellería. Se traslada de nuevo, esta vez a Madrid, siempre con Romay, para convertirse en el director de INSALUD y después de Correos, dónde deja un buen recuerdo, incluso para algún responsable de CC.OO.
Una vez finalizado el mandado regresa a su tierra para ocupar el puesto de diputado en el Parlamento, dónde siempre será recordado por su estrambótica imagen. Pantalones y americanas estrechas, gafas llamativas y pelo largo engominado. Transgresor dentro de su partido, pertenecía al grupo de los ‘birretes’, es decir, el sector más urbano y moderno frente a las ‘boinas’, los barones rurales.
Los pesos pesados, los ‘bionas’, intentaron por todos los medios imponer la sucesión de Manuel Fraga, pero su oponente más fuerte sufre las consecuencias del desastre del ‘Prestige’, del Gobierno de Aznar, de Mariano Rajoy y de la propia Xunta. Xosé Cuiñas se ve obligado a dimitir y deja libre la carrera de sucesión. Nadie apostaba por Alberto Núñez Feijóo, pero lo logró.
Siempre protegido por Manuel Fraga, su mentor declaró en varias ocasiones que su soltería es su único defecto. El acecho del rumor sobre su posible homosexualidad siempre ha provocado morbo, aunque él nunca se ha preocupado de solventarlo. Es más, acudió a la boda gay de un concejal de Ourense a pesar de que varios miembros del PP mostraron su malestar. Su madre también participó en el asunto y afirmó que su hijo “está casado con Galicia y Galicia no da nietos”. Pero Feijóo lo niega y mantiene desde hace años un noviazgo con la periodista Carmen Gamir. Siempre se ha mantenido al margen de los ‘chismes’ sobre su vida, pero coincidencia o no, de pronto se cortó el pelo y cambió sus peculiares americanas por una vestimenta más clásica.
Poco a poco logró hacerse con el partido y prometió acabar con los “caciques”, y ese sigue siendo su objetivo.
El Partido Popular de enfrenta a unas elecciones complicadas, ensombrecidas por las duras políticas del Gobierno central. Pero contra todo pronóstico, Feijóo está de suerte. La izquierda gallega, dividida y sacudida por el caso ‘Pokémon’ se encuentra debilitada y la supuesta irrupción de Mario Conde en el escenario puede solucionarse con un pacto.
Lo que está claro es que quiere ganar y su ambición puede convertirle en un hombre fuerte en el PP nacional. Con Esperanza Aguirre y Francisco Camps fuera de combate, el líder ‘popular’ sólo tiene que derribar a un contrincante: su gran amigo, Alberto Ruiz Gallardón.