martes, noviembre 26, 2024
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Un año sin Ruth y José

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Este lunes 8 de octubre se cumple un año sin Ruth ni José, los dos niños de seis y dos años supuestamente asesinados y quemados en la finca de Las Quemadillas, en Córdoba, por su padre, José Bretón, único imputado en el caso, preso desde el 21 de octubre de 2011, y acusado de la supuesta comisión de dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco, además de simulación de delito.

Para la efeméride, la Plataforma ‘Justicia para Ruth y José’ ha organizado un acto simbólico sobre las 20,30 horas en la Plaza de Padres de Gracia en la capital, en el que se formará con velas la frase ‘Que no se apague la luz’, al tiempo que se pide la asistencia de niños a los que se les entregarán peluches que fueron recogidos en su momento en recuerdo de Ruth y José, según ha informado a Europa Press el portavoz del colectivo, Antonio Santiago.

Hace un año, pasadas las 18,00 horas del día 8 de octubre, José Bretón alertó al Servicio de Emergencias del 112 en Andalucía de la supuesta desaparición de sus hijos en el Parque Cruz Conde de Córdoba al perderlos de vista, y posteriormente denunció los hechos a la Policía.

Sin embargo, horas antes, desde pasadas las 13,30 horas hasta las 17,30 horas, estuvo en la parcela que sus padres tienen en Las Quemadillas, donde supuestamente ejecutó el plan ideado, tras acudir a la misma hasta en once ocasiones entre el 15 de septiembre y el 8 de octubre, con el objetivo de «materializar su venganza contra su todavía esposa», Ruth Ortiz, como sostiene el juez del caso, José Luis Rodríguez Lainz.

De este modo, «tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela», y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, «trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno o pira funeraria», sobre «un fondo de leña de olivo en forma más o menos rectangular», en la que supuestamente colocó «los cuerpos de los dos menores». Algo que, según el togado, está «demostrado empíricamente».

Asimismo, relata que «los cuerpos estarían posiblemente cubiertos por una sábana o cortinas de las que no se encontraron en los registros; muy probablemente José vertería importantes cantidades de gasoil sobre los cuerpos o sobre la leña, con miras a conseguir que la hoguera alcanzara elevadísimas temperaturas durante un prolongado espacio de tiempo». Cabe recordar que los agentes comprobaron en la investigación que Bretón compró unos 140 litros de gasoil antes de acudir a Córdoba el 7 de octubre, día en el que recogió a los niños en Huelva, donde estaban con su madre.

Posteriormente, «sobre la pira, José colocaría la estructura metálica de mesa de forma rectangular que se encontró junto a la hoguera en el primer registro», y agrega que «la mesa serviría de parapeto, sobre el que posiblemente descansaría una especie de plancha o montículos que hicieran concentrar aún más el calor», con el fin de actuar, en palabras del juez, como si fuera «un horno».

Cuando Bretón calculó que «la incineración pudiera haber tenido finalmente lugar –el volumen de la ceniza y la existencia de ascuas impediría un análisis concienzudo– retiraría la mesa y el material utilizado de parapeto, consiguiendo de este modo, posiblemente con la ayuda de ropas sintéticas o simplemente por oxigenación provocada por la retirada de obstáculos, o manipulación de ascuas, que la llama se avivara en el entorno de las 17,14 horas». Precisamente, los técnicos del Infoca alertaron sobre esa hora de una columna de humo, procedente de la zona de la finca.

No obstante, tras supuestamente llevar a cabo el citado plan, Bretón salió de la parcela pasadas las 17,30 horas, y se dirigió al Parque Cruz Conde, donde tras pasar por el lateral de la Ciudad de los Niños, las imágenes de una de las cámaras de seguridad, analizadas a petición del juez por expertos de la Universidad de Valencia, avalan «al 98 por ciento» que los niños no iban en el coche y, por ende, no llegaron al parque.

Once meses de incertidumbre

Tras la denuncia de la supuesta desaparición, los agentes de la Policía Nacional emprendieron la búsqueda de los niños, aunque desde un principio la investigación se centró en la presunta implicación del padre, al tiempo que se descartaba encontrar a los menores con vida, aunque el juez en el auto de procesamiento por el que le imputaba la supuesta comisión de dos delitos de detención ilegal no descartaba que Ruth y José supuestamente estuvieran vivos y hubiera colaborado otra persona en el caso.

Así, las búsquedas de los pequeños se centraron principalmente en el entorno y en el interior de la finca de Las Quemadillas y a tal fin se hizo cargo del caso la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). Precisamente, dentro de la parcela los agentes hallaron un hoguera, en la que encontraron restos óseos.

Después de analizarlos en un primer momento, la perito de la Policía Científica, Josefina Lamas, determinó que los restos eran de animales, si bien, tras cerca de once meses de búsquedas y registros sin resultados, el responsable de la empresa del georadar empleado en la finca para la búsqueda, Luis Ignacio Avial Bell, fue el nexo de unión entre el caso y el experto antropólogo Francisco Etxeberría, el primero en concluir que los restos hallados en la hoguera no eran de animales, sino de humanos.

A este informe se le han sumado otros dos que analizan los restos y presentan la misma conclusión, que pertenecen a humanos y con edades comprendidas entre los seis y los dos años, las que tenían los niños en el momento de los hechos. Como consecuencia de ello, el juez dictó un nuevo auto por el que imputa a Bretón la supuesta comisión de dos asesinatos.

Mientras, el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) analiza dichos restos para tratar de hallar el ADN, aunque los expertos lo ven «casi imposible», teniendo en cuenta el estado que presentan tras alcanzar temperaturas superiores a 600 grados.

Breton mantiene su versión

Entretanto, José Bretón, representado por el letrado José María Sánchez de Puerta, mantiene su versión de que perdió a sus hijos en el Parque Cruz Conde de Córdoba la tarde del 8 de octubre de 2011 y dice que «no va a cambiar ni una sola coma de sus declaraciones, ni van a salir de su boca confesiones de hechos que él no ha cometido jamás».

Además, el juez instructor ya ha comunicado al presunto asesino que la causa pasa al procedimiento por jurado, por los delitos que se le imputan, de modo que será juzgado de acuerdo con la Ley del Tribunal del Jurado, aunque la defensa se opone a ello y está a la espera de que la Audiencia Provincial de Córdoba resuelva un recurso reclamando que sea juzgado por tribunal profesional, dado que «será difícil encontrar a ciudadanos que actúen desde la imparcialidad».

Cabe recordar que durante la fase de instrucción, el togado ha interrogado en varias ocasiones a los familiares paternos de los niños, entre ellos los padres y los dos hermanos de Bretón, la última de ellas hace dos semanas a fin de que aclararan sus versiones sobre los hechos, aunque los citados familiares se acogieron a su derecho a no declarar, pero el cuñado del preso se ratificó en su primera versión en la que pensaba que Bretón «le hizo algo» a los niños.

Por su parte, la familia materna, representada en la causa por la letrada María del Reposo Carrero, a lo largo de todos estos meses ha mantenido numerosas concentraciones en las que han tenido el apoyo de la sociedad.

Mientras, la madre de los niños, Ruth Ortiz, en trámites de divorcio, califica a Bretón de «monstruo» y manifiesta que «el destino» de sus hijos era «ser niños durante poco tiempo en la tierra y ángeles eternamente en el cielo».

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