Varias médicas que trabajaron en la clínica Santa Cristina en 1982 han asegurado que la monja María Gómez Valbuena, conocida como ‘Sor María’, era «muy poderosa» dentro de la estructura laboral de este centro sanitario, donde según han reiterado en sus declaraciones al juez existía una sala privada donde se llevaba a las madres que, presuntamente, querían dar a sus hijos en adopción.
Estas manifestaciones las han realizado este martes cinco de las seis médicas citadas por el juez Adolfo Carretero dentro de la ronda de declaraciones a personal sanitario que trabajó en la Clínica Santa Cristina en 1982.
Las declaraciones se enmarcan en la investigación judicial contra Sor María a instancias de una denuncia por el presunto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina el 31 de marzo de 1982.
Una de las neonatólogas de la Cínica Santa Cristina en 1982, Olga Fadón Pérez, ha asegurado que Sor María, no era una compañera más, sino que era una persona «muy poderosa» dentro de la estructura laboral del dentro sanitario y que, además, era «la única que exclusivamente atendía las adopciones».
En este sentido se han posicionado el resto de las médicas, que han considerado que Sor María tenía un poder «omnívoro» y una absoluta «libertad y potestad para entrar y salir de los nidos o de las incubadoras», según ha señalado a la salida de las declaraciones, el abogado de SOS Bebés Robados, Guillermo Peña.
Además, el abogado ha resaltado que las médicas han confirmado, una vez más, la existencia de una zona privada donde se llevaba a las madres que presuntamente querían dar a sus hijos en adopción. Peña ha aventurado que, debido a las «contradicciones de las médicas sobre el consentimiento de la madre», cabe suponer que las madres pudieran «haber permanecido en esta zona privada sin ser atendidas por nadie».
Por otro lado, y según Peña, las médicas han matizado que aunque Sor María contaba con «una autonomía enorme dentro del hospital», los jefes de Departamento y, sobre todo, de la Administración «tenían que saber, como es lógico dentro de una cadena de mando, lo que hacían las personas que estaban allí».
Estas nuevas declaraciones refuerzan las que realizó el personal médico la semana pasada, cuando en sus declaraciones ante el magistrado, apuntaron a Sor María como la única responsable de las adopciones, un hecho clave para dirimir posibles responsabilidades penales.