El exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, envió ayer al juez una nueva tanda de correos electrónicos que tumban la versión del duque sobre su papel en Instituto Nóos así como sobre su fecha de salida de la pretendida ONG, que formalmente se produjo en marzo de 2006 y oficialmente por exigencia de la Casa Real. Entre otras cosas, la secuencia epistolar y otros documentos remitidos al juzgado constatan que, en contra de su versión, el marido de la infanta Cristina coronaba la cima del grupo no a título honorífico sino como ejecutivo con mando en plaza. Los textos detallan las reuniones con miembros del Gobierno de Camps y retratan un escenario de información privilegiada en Valencia y Baleares. Un ejemplo: en abril de 2005, tres meses antes de la firma del primer convenio para la cumbre turístico-deportiva Illes Balears Forum, un directivo de la ONG ya envió una misiva electrónica en la que la presentaba como organizadora del evento, aportaba el nombre con que quedaría bautizado y refería las fechas exactas de su celebración en Palma. A diferencia de lo ocurrido en abril con el primer paquete de correos aportados por Torres, esta vez no aparecen ni la infanta ni el rey. Pero sí su hermana Pilar, la misma que en febrero de este año mandó callar a los periodistas y exigió respeto por Urdangarin.
Que Torres busca rebajar sus responsabilidades en lo ocurrido y presionar al duque con sus nuevos correos parece una evidencia. Para qué lo hace es lo discutible: el abogado del antiguo profesor de Esade, Manuel González Peeters, lleva meses negando que su cliente haya intentado chantajear a Urdangarin o su familia política. Si tiene o no más munición es algo que queda hoy sin respuesta, aunque distintas fuentes se declaran convencidas de que Torres guarda, literalmente, más cartas. Por qué los documentos entregados ayer no aparecieron en el rastreo informático policial es también una incógnita.
Los nuevos correos dan una nueva vuelta de tuerca al caso y forzarán, presumiblemente, nuevas declaraciones. En la que prestó en febrero ante el juez que investiga el cobro de 5,8 millones públicos por parte de Instituto Nóos, Urdangarin aseguró lo siguiente sobre el proyecto de los Juegos Europeos: «(…) que no tiene nada que ver con él, ya que se desvinculó del mismo cuando se desvinculó de Instituto Nóos». O sea, el 20 de marzo de 2006 por indicación expresa de la Zarzuela. Pero los correos muestran a un Urdangarin con poderes reales antes y después de esa fecha y plenamente involucrado en el proyecto de los Juegos, por el que Instituto Nóos cobró 382.000 euros pese a su carácter fallido. De hecho, fue Urdangarin y no Torres quien el 14 de enero de 2007 recibió una especie de reporte de actividad sobre los Juegos Europeos elaborado por de uno de sus subordinados de confianza, Antonio Ballabriga, autor de los correos de esta serie. En su misiva, Ballabriga cuenta a Urdangarin lo que acaba de explicar a un experto internacional, que el proyecto «está en una fase de impás (sic) por el calendario político de Valencia». La primavera de ese año, hubo elecciones. El proyecto estaba muerto, aunque Urdangarin intentó incluso en 2008 que le adjudicasen otro, el de los llamados Juegos de la Juventud.
El «vice», Pons y El Saler
Los correos datan de modo preciso las reuniones que el yerno del rey mantuvo en 2006 con el «vice» (vicepresidente) de la Generalitat valenciana, Víctor Campos, tras su ruptura formal con Instituto Nóos y para impulsar los Juegos Europeos, así como otra programada para el 7 de junio de ese año con el entonces recién nombrado consejero valenciano de Ordenación Territorial, Esteban González Pons . Fuentes valencianas conocedoras de aquellos hechos creen que el encuentro con Pons podría ser aquel en que, como adelantó este diario, el mismo en que Urdangarin y el promotor Enrique Bañuelos propusieron a un alto cargo de la Generalitat recalificar el parque natural de El Saler para construir una urbanización. Pons fue nombrado consejero de Ordenación el 30 de mayo de 2006.
La de los Juegos Europeos fue la última de las lucrativas iniciativas que Nóos lanzó en Valencia gracias a las adjudicaciones a dedo del Gobierno de Camps. En mayo de 2006 Urdangarin había respondido a un correo de ese mismo empleado, Antonio Ballabriga, que también esa vez le pedía indicaciones para actuar en relación a los Juegos Europeos: «lñaki, ¿enviamos la newsletter a Samaranch [entonces presidente del Comité Olímpico] y Doña Pilar por email? ¿Tenemos las direcciones?». Cinco días después, Urdangarin envió a Ballabriga el correo de la hermana del rey.
De Castellón a Davos pasando por Perú
Las cibercartas revelan igualmente datos desconocidos hasta la fecha, como que la trama tenía en mente proyectos cuyo contenido sigue siendo un misterio pero que aparecen mencionados como temas para la agenda de reuniones con el «vice»: «Castellón» y «Davos y el WEF» (World Economic Forum, el foro que anualmente se reúne en esa ciudad suiza). En mayo de 2007, y así lo detalla otro correo, Urdangarin debía reunirse con el máximo responsable de la política pública de deporte en Perú y excandidato a la vicepresidencia del país, Arturo Woodman. Para entonces, el duque ya era consejero de la filial americana de Telefónica. Qué objetivo perseguía aquella cita es también una incógnita.
Los correos han llegado al juez como documentos adjuntos a un escrito donde el abogado de Torres refuta los argumentos de defensa de Antonio Ballabriga. Pero, a tenor del contenido de los mails, el escrito sobre Ballabriga ha sido solo el medio del que se ha valido el letrado para pegar un empujón más a la caja de los truenos.
Alicia Gutiérrez