El jefe de filas del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo (Os Peares -Ourense-, 1961), asume su segundo mandato al frente de la Xunta tras ser investido presidente con el respaldo de los 41 diputados populares. Lo hace tras lograr ser el único gobernante en España que mejoró sus resultados electorales pese a una primera etapa de gestión en plena crisis y reforzar, en consecuencia, su proyección nacional. El que en 2009 se convirtió en el presidente gallego más joven de los elegidos en las urnas después de recuperar la mayoría absoluta que Manuel Fraga había perdido cuatro años antes afronta ahora una nueva legislatura marcada por las incertidumbres económicas, pero con el compromiso de retomar el camino del crecimiento a partir de 2015. Sus recetas para ello no han variado: austeridad, solvencia e inversiones productivas.
Aunque rehuye de quienes le sitúan en Madrid a más tardar en el ecuador de este mandato, lo cierto es que hay muchas voces dentro de su propio partido que ven posible su marcha y que señalan que ha ganado peso en Madrid. Lo expresó en alto en un mitin el expresidente Gerardo Fernández Albor, al pronunciar las palabras prohibidas en el círculo más próximo de Feijóo: «Nos lo van a llevar».
Los grupos de la oposición también le acusan de estar más pendiente de «hacer carrera en Madrid» que de Galicia, pero él, por el momento, se ha centrado en evidenciar su lealtad a Mariano Rajoy, asegurando que su reto es «ayudarle a ganar» las próximas elecciones generales y que prefiere ser presidente que ministro.
En la sesión de cierre del debate de investidura ha vuelto a incidir en esta idea y ha afirmado que, a partir de esta tarde «no tiene más compromiso que con Galicia», a cuyos retos ha prometido dedicar cada hora de los próximos cuatro años a encarar los retos que tiene pendiente la Comunidad. No en vano, ha reiterado de nuevo este jueves su vocación es «Galicia, Galicia y Galicia».
El quinto presidente autonómico repite
Núñez Feijóo arranca su segundo mandato tras ser elegido en 2009 como quinto presidente autonómico de la Galicia que el fallecido Manuel Fraga gobernó durante 16 años tras lograr en 1989 su primera victoria electoral. Desde entonces, se sucedieron otras tres mayorías absolutas para el PPdeG en las elecciones de 1993, 1997 y 2001. En 2005, Fraga perdió la mayoría absoluta y el socialista Emilio Pérez Touriño se puso al frente de la Xunta durante casi cuatro años en coalición con el BNG.
El político vilalbés fue el segundo dirigente popular en presidir la Xunta ya que, en las primeras elecciones gallegas de 1981, el PPdeG superó al partido centrista al obtener 26 de los 71 diputados del hemiciclo frente a los 24 de UCD, con lo que Gerardo Fernández Albor se convirtió en el primer presidente de la autonomía gallega.
En 1985, el médico compostelano obtuvo de nuevo el respaldo de la Cámara para seguir al frente de la Xunta, pero una crisis a mediados de la legislatura propició una moción de censura que dejó el Gobierno en manos de Fernando González Laxe, que presidió un tripartito compuesto por los socialistas, los nacionalistas de la ya desaparecida Coalición Galega (CG) y el Partido Nacionalista Galego (PNG).
Núñez Feijóo arranca su segundo mandato tras ser elegido en 2009 como quinto presidente autonómico de Galicia
De funcionario a líder político
Casi cualquier dirigente al que se le pregunte en el seno del PPdeG, con independencia de que sea más o menos próximo a Feijóo coincide en que la victoria del pasado 21 de octubre se debe, en gran parte, a la buena imagen del líder popular. Algunos de sus colaboradores más próximos consultados por Europa Press destacan de él que es «exigente y perseverante». «No da ningún asunto por perdido por difícil que sea», aseguran.
Como curiosidad reveladora, Núñez Feijóo mantiene el mismo número de teléfono desde hace años, aunque el volumen de llamadas y de mensajes se ha multiplicado desde que tomó las riendas de la Xunta. Su entorno asegura que «siempre responde»; también que mantiene una vida «sana» que recomienda «constantemente», que «siempre tiene presentes a sus padres» y rememora continuamente su infancia en Os Peares.
Este Licenciado en Derecho no sólo se ha labrado su imagen de gestor esta legislatura; viene de antes. Su biografía revela una carrera profesional que arrancó con sólo 23 años en la Xunta y el paso por Insalud y Correos. También su capacidad política para liderar la era post Manuel Fraga al frente del PPdeG y como, ya en la oposición, fue capaz de hacerse con las riendas del partido, con el ‘baltarismo’ como contrapunto en Ourense.
Siempre pendiente de colocarse la ‘boina’ o el ‘birrete’ según el complemento que perciba adecuado a cada momento -en Galicia y en Madrid-, cambió de estrategia política, mejoró su dialéctica y transformó su imagen abandonando la gomina y definiéndose reiteradamente como «un niño de aldea» para desterrar la imagen de ‘pijo madrileño’ con la que se esforzaban en identificarle sus rivales políticos.
Finalmente, en 2009 superó la prueba de fuego y recuperó la Xunta para el PPdeG a la primera el mismo día en el que el socialista Patxi López protagonizaba también una jornada electoral histórica en Euskadi. Ambos iniciaron su mandato en una época de crisis, convirtiéndose en figuras políticas en ascenso en el panorama nacional, aunque el destino en forma de resultados electorales separó sus trayectorias.
Toma de posesión
Tras su investidura, el Parlamento ahora cumplirá con los trámites preceptivos de comunicar su investidura al Rey, al que se remitirá el escrito que debe firmar por correo certificado para no perturbar su convalecencia después de la operación de cadera.
El sábado 1 de diciembre tomará posesión y lo hará en un acto «íntimo y solemne», según sus propias palabras, en la Cámara autonómica. A diferencia de lo ocurrido en 2009, el líder popular entiende que la situación económica obliga en esta ocasión a renunciar a la tradición instaurada por Manuel Fraga de celebrar un segundo acto más festivo en la Praza do Obradoiro.
Tan sólo «24 horas después» de prometer -si opta por esta fórmula como hizo en 2009- su cargo, Núñez Feijóo nombrará el nuevo Gobierno en el que se esperan pocas novedades en lo que respecta a los integrantes y en el que no aumentará el número de departamentos, aunque sí se prevé que haya reagrupaciones, al menos, de algunas de sus áreas.
Estrella Digital/EP