La Audiencia Nacional ha condenado a 17 años de cárcel al etarra Aitor Esnaola Dorronsoro al considerar probado que se formó parte del ‘comando Erreka’ de ETA al menos desde 1998 hasta su detención en abril de 2011 y ocultó en dos caseríos y tres zulos de Navarra y Guipúzcoa 1.600 kilos de explosivos, la mayor cantidad encontrada a la banda en España.
En una sentencia dictada este miércoles, la Sección Primera de la Sala de lo Penal señala que Esnaola Dorronsoro mantuvo «una vinculación de forma estable y permanente» con la banda, tenía «vías de comunicación» con los miembros de la organización en Francia y se dedicaba a «la custodia de material explosivo, la preparación de artefactos y la tenencia de armas de fuego».
Así lo demostrarían el material y las armas encontradas en sus domicilios familiares de Legorreta y Bedegoian(Guipúzcoa) así como en tres zulos que preparó en Zegama y las localidades navarras de Azpirotz y Lekumberri.
Para llevar a cabo esta actividad, el etarra «recibió adiestramiento y formación en el manejo y la preparación de artefactos explosivos» y en la «formación de zulos o escondites en el monte», según consta en la resolución judicial, de la que ha sido ponente la magistrada Manuela Fernández Prado.
En el caserío de Legorreta se encontraron ‘zutabes’ (publicaciones internas de ETA) de los años 2001, 2003 y 2004 y vídeos formativos para militantes «con instrucciones para fabricar temporizadores, preparar explosivos y sustraer vehículos». También guardaba comunicaciones con la organización y cartas con instrucciones sobre citas, cursillos y construcción de zulos.
En relación con la escopeta de caza que fue encontrada en esta vivienda, el tribunal cree que «no hay base suficiente» para atribuirle la posesión al acusado ya que no estaban en su dormitorio y compartía el domicilio con el resto de su familia.
Absuelto acusado de colaboración
El tribunal también absuelve a Lander Etxeberria San Sebastián, para el que el fiscal pidió siete años y medio de cárcel por haber entregado a Esnaola en 2010 una cita por la que éste viajó a la localidad francesa de Gan. Considera que no se han podido probar «los hechos que constituían la base de su imputación».
Durante el juicio, que quedó visto para sentencia el pasado día 17, el etarra reconoció que colaboró con la Guardia Civil para la localización de los zulos, mientras que su abogado pidió que se redujeran las penas solicitadas por la Fiscalía porque sólo estaba probada la pertenencia de su cliente a ETA desde el año 2008, con periodos sin contacto con la banda.
Esnaola fue captado por ETA a finales de la década de los noventa y su nombre aparecía en los papeles incautados al exdirigente etarra Ibon Fernández de Iradi, alias ‘Susper’, y en la documentación de los abogados de la banda (H-Alboka) detenidos en abril de 2010. Actuaba como ‘legal’ de la banda -miembro no fichado por las fuerzas de seguridad–, lo que dificultó su detención durante años. De hecho, Esnaola era un conocido ‘trontzalari’, deporte tradicional vasco que consiste en segar troncos en el menor tiempo posible.
Fue detenido junto a su hermano pequeño Igor Esnaola, quien finalmente quedó en libertad al no tener relación con la comando Erreka. Dos días después del arresto de los hermanos Esnaola fue detenido también en Bera de Bidasoa (Navarra) Lander Etxeberría Sansebastián, presunto enlace del comando con la dirección de la banda terrorista en Francia.