Un equipo de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela, con la colaboración de la Unidad de Buceo de la Armada y la empresa de arqueología Argos, han encontrado los restos de un pecio que podría pertenecer a la Nao Veneciana, de la que formaba parte ‘La Ragazzona’, el mayor navío de la Armada Invencible. Los trabajos de búsqueda se extendieron entre el lunes día 4 y el pasado viernes y han permitido obtener «resultados satisfactorios», según informaron los investigadores a través de un comunicado.
Los restos arqueológicos, que ocupan un área de unos 900 metros cuadrados, son principalmente «concreciones metálicas de diverso tipo». De ellas, «una gran mayoría» podrían ser piezas de artillería «antiguas», anteriores al siglo XVIII. Lo que no han localizado son restos cerámicos o de madera, con lo que interpretan que el pecio pudo haber sido expoliado.
Esta hipótesis, a su entender, se refuerza con la existencia de «fracturas» y «roturas» en otras piezas, que atribuyen al «golpeo intencionado» para «ver lo que contenía en su interior».
Si bien a partir de ahora, los investigadores de la USC analizarán los datos recabados para una datación más exacta de los restos y su identificación positiva como pertenecientes a la capitana de la Escuadra Levantisca, ya se incluirán en la Carta arqueológica subacuática de Galicia. De este modo, será objetivo de «vigilancia y protección» por parte de la Armada.
Un navío alquilado a Venecia
La ‘Ragazzona’ era un mercante de la República Veneciana y que fue «contratado en régimen de alquiler» por España bajo el reinado de Felipe II para formar parte de la Armada Invencible y desarrollar las maniobras técnicas bajo el mando del capitán Martín de Bertendona, al frente de la Escuadra de Levante.
Tenía unos 36 metros de eslora por 12 de manga, portaba 30 cañones y contaba con una dotación de 300 personas, y ejerció como embarcación capitana de la Armada Invencible en su intento de derrotar a Inglaterra.
Fue designado como nave principal de la flota de Levante y combatió en la zona del Canal de la Mancha, en el intento del reinado de Felipe II de destronar a Isabel I de Inglaterra. Tras la derrota tuvo que rodear Inglaterra e Irlanda y consiguió finalmente llegar a la ría de Muros (A Coruña), de donde partió hacia el puerto coruñés para ser reparado.
Hundido en 1588
El navío estaba gravemente dañado e incluso tuvo dificultades para llegar a la ría A Coruña, por lo que fondeó en su entrada «muy maltrecho», sin arboladura y con anclas de emergencia.
La misma noche, debido al temporal de mar, se quebraron los anclajes y tras navegar a la deriva acabó encallando en la ría de Ferrol. Ante los intentos fallidos por liberar la nave, se le retiraron las principales piezas de artillería, y el barco se acabó hundiendo el 8 de diciembre de 1588.
Pese a estos datos, ofrecidos por el director del proyecto de búsqueda, David Fernández Abella, el hundimiento de la ‘Ragazzona’ está escasamente documentado. El hallazgo de unos primeros restos, que podrían corresponderse con el buque, fue realizado por un submarinista aficionado en torno al año 1990.