«Los tiempos cambian que es una barbaridad», ya lo decía don Hilarión en la Verbena de Paloma. Y fruto de esos cambios, tenemos nuevas y modernas obsesiones. El control obsesivo del correo electrónico es una de ellas.
Desde IMF BUSINESS SCHOOL, especialista en másteres oficiales y profesionales on-line, nos describen los síntomas de esta obsesión con el fin de que podamos prevenir y no caer en lo que algunos expertos consideran ya una epidemia.
¿Eres de los que leen el correo cada segundo? ¿De los que contestan de inmediato? ¿Te estresas si no recibes respuesta casi instantánea? ¿Eres de los que incluso en la hora de la comida, en el metro, en la cena con su familia, en la cama antes de apagar la luz, sigue mirando los correos en su móvil? Pues mucho cuidado para no quedarte atrapado en las garras de la infobesidad.
Sus signos de padecimiento son fuerte estrés, angustia, ansiedad, frustración ante el exceso de información. Quien padece esta enfermedad se ve metido en un bucle de ansia por leer, abrir correos, categorizarlos, contestar… que acaba desembocando en un caos de estrés y frustración que impide gestionar el correo con normalidad.
Thierry Venin, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), indicaba que «la urgencia sucede a la urgencia». Afirmaba Venin: «Tan pronto recibimos un email hay que responderlo; caso contrario, el remitente nos llama para preguntarnos si lo recibimos. Además, cuando tenemos un minuto libre vamos al buzón de correo para ver si hay algo nuevo. Es como una adicción».
Más del 56% de los usuarios de correo electrónico emplean dos horas al día como mínimo administrando el buzón y cerca del 38% recibe más de 100 emails.
El crecimiento de la denominada Infobesidad es tal que se han comenzado a impartir cursos y seminarios sobre cómo ser capaces de gestionar el exceso de información, sin ser víctimas del estrés y de la ansiedad que ello supone.