miércoles, enero 15, 2025
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El Gobierno huye, el PP calla y Duran Lleida se queda solo defendiendo a Rajoy

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Si con una virtud cuenta el expresidente del Gobierno, José María Aznar, es no dejar indiferente a nadie con sus actuaciones. Y este martes, tras una entrevista concedida a Antena 3, lo ha vuelto a demostrar. Un día después de arremeter públicamente contra su sucesor y el actual líder del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y de anunciar su posible vuelta a la política, el debate en el Congreso de los Diputados no se ha hecho esperar. En sus pasillos, más vacíos que de costumbre puesto que el presidente del Gobierno se encuentra este miércoles en Bruselas, ha sido el tema más comentado por todos: Gobierno, ‘populares’ y oposición. Nadie sabía como actuar públicamente, pero las prisas, las caras de circunstancia y los derrapes ante los periodistas para no encontrarnos de frente no ha hecho nada más que poner en evidencia el colapso y el ‘shock’ que en estos momentos se vive en Génova y en La Moncloa.

En privado nadie se sorprende por lo que este martes dijo Aznar. Exhiben sonrisas nerviosas y suspiran con preocupación, pero aseguran que desde hace un tiempo sabían que algo así ocurriría. «Ya llevaba tiempo amenazando», aseguran fuentes ‘populares’. Es cierto que muchas han sido las referencias críticas aunque veladas que ha hecho el expresidente con la actual gestión de Rajoy, pero nunca fue tan claro y directo como este martes: volver al programa electoral del Partido Popular -hasta el momento incumplido por el actual Ejecutivo- fue la exigencia más clara del máximo responsable de FAES. Un golpe bajo, que por el momento, ni el Gobierno, ni el PP saben cómo gestionar. A esta hora se desconoce si existe una estrategia común de comunicación, pero la huida y la callada por respuesta han sido las reacciones generalizadas este miércoles en el Parlamento.

En el caso del Gobierno, los ministros de Educación, José Ignacio Wert, Industria, José Manuel Soria, y Agricultura, Miguel Arias Cañete, han pasado entre los periodistas nagándose a hacer ningún tipo de declaración. El de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha huido por la puerta de atrás sin tan siquiera querer ver a las cámaras. Y los pocos que han hablado ha sido para tirar de manual. Ana Mato, ministra de Sanidad, para decir que «Aznar es un gran referente en el partido», y el titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, para decir que respeta «todas las opiniones». Una línea muy similar a la esgrimida por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha recordado que España está en una situación muy difícil y que el el Gobierno trabaja para crear empleo y generar crecimiento. «Cualquier ayuda y aportación en este sentido siempre será bienvenido», ha zanjado.

Aunque una de las reacciones más esperadas este miércoles en el Congreso era la del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que fue directamente aludido por el expresidente del Gobierno. No se ha querido parar en los pasillos, de hecho ha huido de las preguntas incómodas, pero en el Hemiciclo sí ha respondido al que durante muchos meses fuera su jefe. «Lo digo para las voces que insisten en que hay que bajar impuestos ya. Les aseguro que yo estaría encantado de proponer a la Cámara y a la sociedad española que bajemos impuestos ya, pero no hay margen», ha sentenciado. Y ha recordado a Aznar el contexto de sus Gobiernos, cuando el país crecía a un ritmo del 3 y el 4%. «Ahora vamos a caer el 1,4%. El Ejecutivo está haciendo una política tributaria que no llegue a mayor déficit o incluso a no poder sufragar el pago de prestaciones sociales básicas. Esta es la cuenta. Las añoranzas y melancolías me las dejo para otro día, pero esta es la cuenta que tenemos que presentar al país», ha proclamado.

Duran Lleida se queda solo defendiendo a Rajoy

Más dispuestos a hablar frente a las cámaras han estado algunos diputados de la oposición. Este es el caso de la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, que ha defendido en pasillos la misma tesis que en el Hemiciclo, cuando ha interpelado a la vicepresidenta del Gobierno. Rodríguez ha acusado al Gobierno de no escuchar «ni a la oposición, ni a la sociedad», pero tampoco «a su propio partido», donde ha manifestado que «las críticas son cada vez más y más abiertas». Así se ha referido a las declaraciones de Aznar, quien durante una entrevista reclamó una bajada de impuestos y una reforma fiscal «urgente», algo que, para la portavoz del PSOE, significa que el expresidente «no ve proyecto político claro» en el Ejecutivo. Pero también ha mencionado la postura adoptada por muchos presidentes regionales del PP, que se han enfrentado con ‘Génova’ ante la posibilidad del establecimiento de un objetivo de déficit asimétrico para las comunidades autónomas, pero también por una gran mayoría de alcaldes y concejales, que se oponen al proyecto de reforma de la administración local que propone el Gobierno.

Aunque llamativas han sido las palabras del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que ha sido el único que se ha atrevido a defender a Rajoy del ataque directo de Aznar. «Creo que no le ha hecho ningún bien a Rajoy. Él no se merecía estas declaraciones», ha dicho el diputado catalán, que ha aprovechado unos minutos frente a los micrófonos para rememorar tiempo pasados y concluir que él no guarda un buen recuerdo de los últimos años del Gobierno de Aznar.

Según Duran, el hecho de que Aznar «amenace» con regresar o no a la política es una decisión que le corresponde exclusivamente a él -«poco tengo que objetar», ha dicho-, pero ha remarcado que, si lo hace y vuelve a ser presidente del Gobierno, «habrá que intentar hablar con él». El líder democristiano ha recordado que en España las cosas fueron «bastante bien» hasta el inicio de la mayoría absoluta de Aznar, etapa de la que ha asegurado no guardar «un buen recuerdo». «Al revés -ha añadido-, fue muy duro». Durante su primer mandato, el expresidente gobernó con los nacionalistas de CiU y el PNV, cuatro años en los que «el espíritu de la Transición, del acuerdo, del diálogo con imperfecciones, funcionó, pero la segunda etapa de Aznar fue catastrófica y culminó de manera contundente en ese sentido», ha insistido.

La división en el PP ya es evidente

En el caso del Partido Popular, las declaraciones públicas también han sido escasas. Salvo el portavoz económico del Grupo Popular, Vicente Martínez Pujalte, que ha señalado que «cada uno puede hacer los comentarios que crea convenientes» pero en su opinión «el Gobierno está haciendo lo mejor que puede». La mayoría ha preferido pronunciarse en privado. Unos, los más marianistas, para tildar de «deslealtad» e «irresponsabilidad» la actuación de Aznar. Y otros, más cercanos al círculo del expresidente, para entonar el «ya era hora». Aunque en lo que casi todos coinciden es en que la vuelta de Aznar a la política es poco viable y creíble.


Elsa S. Vejo

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