¿Qué ha cambiado en estas dos últimas semanas? El pasado 16 de mayo, los líderes de los dos principales sindicatos del país, CCOO y UGT, lo dejaron muy claro. «Hemos ofrecido un gran consenso nacional en una situación de emergencia. El presidente ha dicho que considera poco probable un escenario para un gran pacto», dijo Ignacio Fernández Toxo (CC OO). «Veníamos con la intención de buscar un gran acuerdo por el empleo. Rajoy considera que no hay condiciones, lo lamentamos profundamente», completó Cándido Méndez (UGT). Minutos más tarde, el mismo presidente del Gobierno comparecía para aclarar que no veía recorrido al pacto global. Sin embargo, en esta últimas horas, parece que la disposición del Ejecutivo para hablar de un acuerdo más amplio está más cerca. Pensiones, reforma de la administración local y Europa son las cuestiones que actualmente están sobre la mesa.
Este viernes, en el mismo momento en que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, comparecía en La Moncloa para dar cuenta de los asuntos aprobados en Consejo de Ministro, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, participaba en el XXIX encuentro del Círculo de Economía en Sitges y aprovechaba su intervención para insistir en la cuestión: «El acuerdo con el Gobierno es muy difícil, pero merece la pena intentarlo y lo suyo sería firmar un gran acuerdo». Esta frase la ha repetido durante los últimos meses en infinidad de ocasiones en el Congreso de los Diputados. Y la respuesta por parte del Ejecutivo siempre ha sido la misma: mayoría absoluta. Mariano Rajoy se ve con la responsabilidad absoluta de gobernar y el respaldo mayoritario de las Cámaras.
No obstante, a partir del pasado miércoles, el discurso ha comenzado a virar. Y la actitud aún más. Ambos actores han modificado estrategias. Y han aparcado el «no» a todo -propio de la oposición en esta legislatura- y el llamamiento a la mayoría absoluta -propio del Gobierno- para sentarse en una mesa y de verdad comenzar a dialogar. El pistoletazo de salida se produjo en la última sesión de control al Gobierno cuando Rubalcaba propuso a Rajoy acordar una estrategia conjunta de cara al próximo Consejo Europeo, y éste último aceptó. Actitud que se mantuvo el día siguiente durante las negociaciones de sobre la Ley de Transparencia, donde nacionalistas y PSOE aceptaron no incluir enmiendas a la totalidad ni apoyar las propuestas por el resto de grupos parlamentarios gracias a las concesiones del Ejecutivo.
Hace meses que las encuestas llevan alertando sobre una creciente animadversión de la población española contra la llamada ‘clase política’, y ambos bandos son conscientes de ello. La crisis económica está siendo más virulenta de lo que Rajoy esperaba a su llegada al poder, sobre todo en Europa, y necesita de todos los apoyos posibles. El martes pasado se reunión en París con su homólogo francés, François Hollande, y con él acordó una estrategia común frente a la lacra del paro juvenil. Excluir, de forma temporal, las bonificaciones para la contratación de jóvenes del cómputo del déficit como receta para luchar contra este desempleo; y exigir acelerar la puesta en marcha del fondo europeo de 6.000 millones de euros para fomentar el empleo de los jóvenes, fueron sus dos grandes propuestas. Iniciativas que el mismo Rubalcaba aplaudió.
Ahora, el Ejecutivo ‘popular’ es consciente de la importancia de seguir con esta actitud dialogante. Le está dando resultados. Tal y como desveló Rajoy, él habla «muy a menudo» con el secretario general de los socialistas. El acuerdo en Europa está claro. Lo llevan defendiendo desde el minuto cero de esta legislatura. La clave está en saber, si aprovechando esta percha, sería posible pactar otras cuestiones de Estado. Sobre esta cuestión ha sido preguntada en infinidad de ocasiones este viernes la vicepresidenta. «Se trata de trabajar e ir viendo», ha sido la respuesta de Sáenz de Santamaría.
Por el momento, todas las conversaciones se circunscriben al ámbito europeo. La vicepresidenta ha recordado que el próximo 5 de junio Rajoy y cinco de sus ministros viajarán a Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, y con los comisarios de esta institución. ¿El objetivo? trasladar a los representantes de la Comisión los esfuerzos que consideran que está haciendo España para reformar su economía con el fin de hacer frente a la crisis. Y exigir más celeridad al Ejecutivo Comunitario. Sobre estas cuestiones ya se está hablando con Rubalcaba. Pero, ¿y sobre el resto de temas capitales? «Las cosas se construyen poco a poco», ha rematado la portavoz gubernamental. Aunque lo cierto es que nadie descarta que el pacto global al que se dio carpetazo hace unas semanas no pueda ser una realidad en los próximos meses.
Seguridad Nacional, ejemplo de disposición al diálogo
Hasta la fecha, se defienden los logros obtenidos. Esto es lo que ha hecho este viernes Santamaría cuando ha presentado la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que asegura contar con el apoyo de la oposición y en la que se actualiza el catálogo de riesgos y amenazas a los que se enfrenta España. Como novedad a este respecto destacar la creación de una figura novedosa en nuestro país hasta el momento: el Consejo de Seguridad Nacional, un órgano que estará presidido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando no asista el Rey, y que se reunirá con carácter bimensual. Estará integrado por la vicepresidenta del Gobierno y los ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación; Defensa; Interior, Hacienda y Adminsitraciones Públicas; Fomento, Economía y Competitividad, y Industria, Energía y Turismo. Así como también el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el director del Centro Nacional de Inteligencia y el secretrario de Estado de Seguridad. Y no le costará ni un euro a las arcas públicas.
Así pues, la vicepresidenta también ha adelantado que el diálogo entre el Gobierno y el principal partido de la oposición se extenderá a la reforma de la Administración, que supondrá un vuelco completo a la cultura administrativa en España. Y a la reforma de las pensiones, para establecer el factor de sostenibilidad que garanticen su viabilidad en el futuro. Precisamente sobre este último punto, la vicepresidenta ha recordado que el Comité de Expertos nombrado por el Gobierno para aconsejarle sobre la definición de este factor está analizando la mejor fórmula para el sistema español, la que da mayores garantías y seguridad y la que mejor se le adapta. «Esa es la base sobre la que hay que trabajar», ha dicho la vicepresidenta, que ha añadido que en una materia tan importante como ésta, que ha calificado de política de Estado, «conviene buscar pactos». «Nosotros los vamos a buscar, sería bueno llegar a acuerdos y tenemos intención de buscarlos», ha concluido.
Elsa S. Vejo