Los restos humanos hallados en el domicilio y en el gimnasio de Juan Carlos Aguilar corresponden a una sola mujer de nacionalidad colombiana. Según fuentes de la investigación, los restos de huesos, manos y de columna vertebral que se han localizado en los registros realizados a raíz de la detención de Aguilar podrían corresponder a la mujer que el detenido confesó haber matado la semana pasada.
Durante el interrogatorio en dependencias policiales, Aguilar confesó que su intención era matar a Ada y que también había dado muerte la semana pasada a otra mujer, testimonio que la Policía autonómica trata de verificar.
El detenido, que permanecerá en la noche de este martes en dependencias de la Ertzaintza y que podría pasar este miércoles a disposición judicial para prestar declaración, estaba desde hace un par de años en tratamiento por un tumor cerebral, que, según los expertos, podría provocar más agresividad, pero no como para despertar «el instinto asesino». Además, la conducta del enfermo sería «explosiva», pero no de «planificación criminal», como, al parecer, ha sido el caso de Juan Carlos Aguilar.
La Policía autonómica vasca ha estado en la mañana de este martes, de nuevo, en el gimnasio Zen4, de la capital vizcaína, en el que se ha incautado de diverso material. Entre otras cosas, los agentes podrían haberse llevado una o varias katanas que había en el local, decorado como un templo.
Dos víctimas, un modo
Juan Carlos Aguilar, conocido como el maestro saholín, regenta un gimnasio de artes marciales en Bilbao. Rapado, rodeado de sables, con una túnica naranja y un collar de cuentas de madera, Aguilar se mostraba así a sus alumnos. La otra cara, la que ha confesado. El experto en artes marciales dijo a la policía haber matado la semana pasada a una mujer de origen checo. Este domingo, los agentes le detenían en su local donde encontraron a otra mujer maniatada, golpeada, con heridas en distintas partes del cuerpo y estado de coma.
Fuentes policiales definen a Juan Carlos Aguilar como «un auténtico psicópata». Él alega que tiene un tumor cerebral. La Policía se encontró una macabra escena el pasado domingo después de tirar la puerta de su local de Bilbao. Una joven de 29 años llamada Ada estaba maniatada, amordazada y había sido golpeada hasta provocarle el coma. La joven nigeriana, que era prostituta, fue llevada contra su voluntad al gimnasio de Juan Carlos.
Tras la detención, la policía inspeccionó el local y encontró restos óseos metidos en bolsas de basura. Por el momento los forenses están investigando el contenido de las mismas, pero Aguilar ya confesó tras su detención haber matado a otra mujer la pasada semana y tener intención de matar a esta última joven. Los agentes tratan de corroborar los hechos.
La Ertzaintza investiga si pudiera haber más víctimas mortales aparte de la que ya ha confesado. Para ello ha inspeccionado su casa y todos los lugares visitados por el detenido en las últimas horas. También se baraja la posibilidad de que hubiera podido arrojar objetos a la ría, motivo por el que buzos de Ertzaintza trabajan en la zona.
Además, se han registrado los contenedores situados en las inmediaciones del gimnasio y todos los residuos urbanos de los alrededores para mirarlos detalladamente.
Ada, tres días en coma
La mujer nigeriana que fue agredida en un gimnasio de Bilbao, supuestamente por Juan Carlos Aguilar, un conocido profesor de artes marciales, no ha experimentado ninguna variación en su estado y permanece en coma ingresada en la Unidad de Reanimación del Hospital de Basurto.
Según han informado fuentes del centro sanitario, Ada, de 29 años, continúa «igual» que el día de su ingreso en hospital, el pasado domingo, después de que agentes de la Ertzaintza la hallaran maniatada y amordazada en el citado centro deportivo, ubicado en un local de la calle Máximo Aguirre de la capital vizcaína.