«No fue una buena noticia para nosotros. La lucha contra los terroristas debe unirnos, no separarnos. Nosotros pensamos que nadie debe alegrarse por esta victoria de los etarras, pero está claro que esto no justifica las amenazas de ningún tipo». Así explica a ESTRELLA DIGITAL la presidenta de Nuevas Generaciones, Beatriz Jurado, su postura sobre el grave incidente que esta semana protagonizó uno de los miembros de su organización, Jaime Mora, cuando a través de su cuenta en Twitter amenazó de muerte al diputado de IU, Alberto Garzón, después de que éste se alegrara de la anulación de la ‘doctrina Parot’.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó a favor de la etarra Inés del Río, miembro del ‘comando Madrid’ y condenada por 24 asesinados, y ordenó su «inmediata» puesta en libertad. Ese día las redes sociales ardieron. Se vertieron opiniones de todo tipo y muchos políticos expresaron su opinión personal a través de sus cuentas oficiales. Y este fue el caso de Garzón, uno de los diputados más activos en Twitter.
Su opinión pronto despertó la ira de muchos usuarios, aunque la reacción más desproporcionada fue la del militante de Nuevas Generaciones del distrito madrileño de Latina, quien llegó a decir: «Pensándolo bien, matarte a ti o a todos los de tu calaña nos va a salir igual d caro! Igual no va a ser tan malo…. Payaso». Palabras por las casi inmediatamente tuvo que retractarse y pedir disculpas. Pero ya era demasiado tarde. El diputado de IU ya había denunciado estos hechos ante la Policía del Congreso, cuya demanda ya ha sido admitida a trámite, y su organización ya se había desmarcado e iniciado su proceso de expulsión. «Él ya no es militante de Nuevas Generaciones», aclaraba a este diario Jurado.
Inmediatamente después a que estos hechos ocurrieran, la organización juvenil envió a todos los medios de comunicación un comunicado oficial en el que aseguraban que las manifestaciones de Mora «infringen lo estipulado en los Estatutos» de la organización que, como medida cautelar, actuando de oficio, ha procedido a la suspensión de militancia y a abrir el procedimiento disciplinario para el joven militante. Tal y como reordaba la organización, su reglamento de régimen disciplinario estipula en su artículo 4.1 a) como infracción muy grave «atentar contra cualesquiera de los derechos o deberes fundamentales reconocidos en la Constitución». Y resaltó en el comunicado el artículo 20.4 de la Carta Magna que habla sobre la libertad de expresión, que tiene su límite «en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia».
Según Jurado, la organización está «totalmente en contra» de la actuación de Mora, pero aún así tiene derecho a defenderse y presentar las alegaciones que considere oportunas. Por este motivo, lo que se ha hecho es seguir el procedimiento que se marca en su reglamento. Se ha procedido a la suspensión cautelar de Mora, a la espera de que el Comité de Derechos y Garantías de Nuevas Generaciones se reúna y formalice la decisión que no es otra que la «expulsión definitiva». Decisión que ni siquiera será rebatida por el afectado, que inmediatamente después a que estos hechos ocurrieran se vio obligado a presentar su baja voluntaria.