El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nunca se ha sentido especialmente cómodo con los periodistas. Y menos aún ante micrófonos abiertos o cámaras con el piloto encendido. De hecho, su historial a este respecto lo pone de manifiesto: nueve entrevistas concedidas a medios de comunicación españoles en dos años de Gobierno. Importantes meses en los que se han producido un rescate bancario, se han anunciado duros recortes del gasto público, se han subido impuestos, se han aprobado controvertidas reformas estructurales (laboral, educación y pensiones) y ha estallado uno de los casos de financiación ilegal de una formación política más importantes de la Democracia. Pero Rajoy no permite que nada ni nadie marque su agenda.
Este miércoles, el mandatario ‘popular’ ha cumplido dos años de estancia en La Moncloa. Y parece que el servicio de comunicación del presidente ha creído conveniente celebrar esta fecha con una nueva entrevista en un medio de comunicación. Ésta será la primera vez que Rajoy se enfrente en España a una entrevista en la que además de hablar de los datos macroeconómicos que seguro ‘venderá’ como muestra de la recuperación económica que se avecina, tendría -si así lo considera el medio responsable- que dar respuesta a varias incómodas incógnitas que aún quedan pendientes sobre el denominado ‘caso Bárcenas’, después de las declaraciones que se han producido en sede judicial, de las acusaciones ante el juez vertidas sobre su propia persona y de los escándalos destapados por algunos medios de comunicación sobre el cruce de mensajes de texto entre el presidente y su antiguo tesorero.
La responsabilidad de ‘interrogar’ al presidente en esta ocasión recae sobre un medio ‘amigo’: Radio Nacional. Alfredo Menéndez, el conductor de Las mañanas de RNE, se trasladará este jueves hasta el Palacio de la Moncloa para «conversar con el jefe del Ejecutivo con motivo del segundo aniversario de la victoria electoral del Partido Popular», tal y como apunta el Ente público en su página web. La novena entrevista que concede Rajoy durante todo su mandato y la segunda en este año. Un año complicado políticamente, en el que la mayoría de entrevistas concedidas han sido fuera de España. Y donde los encuentros públicos con los medios de comunicación en España se han limitado a ruedas de prensa breves, en encuentros bilaterales donde el número de preguntas están limitadas; o a escasos corrillos formados en el Congreso de los Diputados, como ocurrió este miércoles.
Rajoy llegó a La Moncloa el 23 de diciembre de 2011. Y tardó menos de un mes en conceder su primera entrevista. El 10 de enero de 2012 recibió a la Agencia EFE. Era necesario explicar a los españoles su proyecto y la situación con la que se había encontrado a su llegada al poder. Rajoy ya había llevado a cabo su primer ‘tijeretazo’; pero entonces la excusa de la herencia recibida aún era vendible. Cuatro meses después, el 7 de mayo de 2012, el presidente también accedió a conversar con Carlos Herrera en Onda Cero. La situación económica ya era insostenible. La prima de riesgo estaba disparada y la Bolsa no levantaba cabeza. La alarma por el rescate tenía al Gobierno con los nervios desatados. Inestable situación que llegaría a su cénit en junio de 2012: España finalmente tuvo que pedir ayuda a la Unión Europea para recapitalizar a sus bancos. Motivado por este importante hecho, el líder del Ejecutivo accedió el 2 de septiembre de este mismo año a mantener la primera conversación con un periódico. El elegido fue el
Abc . Aunque en el último trimestre del año varios medios de comunicación también tendrían la posibilidad de realizar una entrevista al presidente del Gobierno: el 10 de septiembre en TVE (la primera entrevista televisada de Rajoy como presidente); la Cope el 6 de noviembre; La Razón el 2 de diciembre; La Ser (desde Bruselas) el 14 de diciembre y El Mundo el 27 de diciembre.Entrevistas nacionales, a las que habría que sumar las internacionales. En 2012, Rajoy también conversó con el diario italiano Corriere della Sera, el francés Journal de Dimanche y el alemán Bild am Sonntag.
Una alta actividad en medios de comunicación si la comparamos con la de 2013. El año no empezó mal. El 25 de enero Rajoy acudió a una cita con Luis del Olmo y su Protagonistas. Por entonces, el escándalo Bárcenas ya había estallado. El diario El Mundo ya había hecho pública su primera entrega: el Partido Popular ya había sido acusado de financiación ilegal. Pero aún no existían documentos. Los famosos ‘papeles’ de Bárcenas no aparecerían publicados en el diario El País hasta el 31 de enero. Y entonces fue cuando se hizo el silencio. El presidente del Gobierno resolvió la papeleta permitiendo a los medios de comunicación escuchar el discurso que pronunció ante los suyos durante el famoso Comité Ejecutivo que convocó de urgencia el 2 de febrero en Génova. A partir de entonces, las únicas entrevistas concedidas han sido a medios internacionales.
Dos muy famosas. Una en Nueva York a la agencia de noticias económicas Bloomberg, donde Rajoy dijo aquello de que «hay cosas que no se pueden demostrar» en referencia al ‘caso Bárcenas’ y donde dio la vuelta al mundo el supuesto intento de Moncloa de censurar las partes más comprometidas. Y otra en Japón, el mismo día en que se convertía en el primer presidente occidental en visitar Fukushima. Aunque no son las únicas, Rajoy tiene en su haber hasta una entrevista fallida, que nunca llegó a producirse. Ocurrió en Colombia, en la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico en Cali, el pasado mayo. Y la historia relatada por la Agencia Efe no tiene desperdicio. Rajoy se encontraba junto al resto de jefes de Estado y de Gobierno participantes en la cumbre en el Club Campestre de Cali y aprovechando uno de los recesos, accedió a una entrevista a una televisión colombiana. Era la única, pero estaba gafada. El periodista tuvo que hacer hasta tres intentos para presentar correctamente a Rajoy. Después de ubicarle como presidente de la República y del Reino Unido de España, el líder del Ejecutivo le pidió que lo dejara en presidente del Gobierno españo. Cuando parecía que todo estaba claro, arrancó la entrevista y a escasos minutos de conversación la batería de la cámara se acabó.