El pueblo ha hablado. No ha sido en las urnas, tampoco en una manifestación, ha sido en uno de los momentos más importantes de nuestra historia de los últimos 30 años: en el último adiós al primer presidente de la democracia y principal artífice de la Transición española, Adolfo Suárez. Desde el pasado viernes, día en el que su hijo mayor, Adolfo Suárez Illana, anunció que la muerte de su padre era «inminente», y hasta este martes, cuando se le ha dado sepultura en la Catedral de Ávila, todos los mensajes lanzados por los ciudadanos han ido en una misma dirección: criticar y afear el comportamiento de la actual 'clase política'. «Suárez sí que era un político», ésta ha sido una de las coletillas más coreadas por los ciudadanos -más de 30.000- que desde este lunes han visitado la capilla ardiente, instalada en el Congreso de los Diputados, y han asistido a los actos fúnebres que han tenido lugar este martes.
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El pueblo reprende al Gobierno: «¡A ver si aprendéis!»
El recorrido del cortejo fúnebre, desde la Carrera de San Jerónimo hasta la Plaza de Cibeles, ha durado cerca de una hora y ha estado seguido no sólo de la familia del expresidente, sino también de todas las autoridades del Estado. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los presidentes de Congreso; Jesús Posada, y del Senado, Pío García Escudero; todo el Consejo de Ministros, con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría a la cabeza; todos los miembros de las Mesas de ambas Cámaras; multitud de diputados y senadores; el presidente de Tribunal Constitucional; el Fiscal General del Estado; el principal líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, todos los portavoces parlamentarios, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; y varios presidentes autonómicos de Madrid, Extremadura, Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha, Galicia y Andalucía.
No es habitual ver a todas las autoridades juntas, y mucho menos aún en la calle, cerca del pueblo llano. Por ello, el escenario elegido era el perfecto para hacerles llegar a todos y con un solo grito el malestar social. La solemnidad y el silencio han reinado durante todo, pero en algunos momentos, los gritos en contra del actual Ejecutivo 'popular' se han escuchado con absoluta nitidez. «A ver si aprendéis», ha sido uno de los más coreados. Pero no ha sido el único. Entre aplausos y vítores a la figura de Suárez también se han podido escuchar reprimendas a los políticos actuales. «Ha habido muchos presidentes, pero ninguno como Suárez», se ha podido escuchar al final del acto, cuando los diputados volvían andando hasta el Parlamento Nacional. «Ladrones», «cobardes», «sin vergüenzas», «a ver si tomáis nota», han sido otros de los improperios que el pueblo ha lanzado a la 'clase política'.
Finalmente, los actos han concluido sin ningún incidente en cuando a seguridad, aunque se ha podido apreciar nerviosismo en las caras de algunos de ellos, que sabían que estaban rodeados de muchos ciudadanos descontentos con su actuación.