El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al igual que el Partido Popular, en boca de su vicesecretario general de Organización, Carlos Floriano, asegura no saber cómo se pagaron las obras de la sede nacional del partido. El líder del Ejecutivo dice no gustarle «nada» las sospecha que ha expresado el juez Pablo Ruz sobre que el PP pagó parte de la reforma de Rajoy, donde el propio presidente tiene su despacho, con dinero negro y sólo espera que el magistrado adopte la decisión que crea oportuna. En cualquier caso, y por lo que pueda pasar en el futuro -teniendo en cuenta los antecedentes-, Rajoy no ha querido ser rotundo a este respecto y se ha limitado a decir que si «hay algunas otras cosas que existen, yo, desde luego, lo desconozco”.
El presidente, en vista de la insistencia de la entrevistadora, ha asegurado haber pedido explicaciones en el partido, aunque ha aclarado que nadie ahora las puede dar porque «no lo saben». «No estaban en la contabilidad del partido esas cosas, son unos papeles que los demás desconocíamos», ha añadido, cubriendo las espaldas de Floriano, que hace unas semanas aseguraba en rueda de prensa desde la sede nacional que él no sabía nada sobre el pago de estas obras. Un nuevo escándalo que vuelve a poner en cuestión la financiación de la formación que en estos momento gobierna el país.
«Acataremos y haremos lo que diga el juez», ha aseverado el presidente, quien ha reconocido entender «absolutamente» que los ciudadanos se puedan sentir molestos con el Gobierno del PP que les exige el pago de todos los bienes y servicios con factura, con IVA, mientras la Audiencia Nacional investiga si este mismo partido utilizó dinero negro para abonar la reforma de su sede nacional. «Lo entiendo absolutamente, lo entiendo absolutamente», ha insistido el líder del Ejecutivo, quien asegura estar poniéndole remedio a esta situación. «El Gobierno ya ha emprendido las iniciativas legales contra la corrupción, la reforma de las leyes de partidos y de financiación, en las que trabaja el Congreso», ha explicado un Rajoy que espera que «estas cosas no vuelvan a ocurrir nunca más».
Sin mencionar en ningún momento al que durante años fuera el gerente y tesorero del partido que preside, Luis Bárcenas, sí ha dicho que él ya ha dado todas las explicaciones que correspondían en el Congreso de los Diputados. Según Rajoy, Bárcenas estuvo dos décadas trabajando en el PP sin que «nadie» conociera lo que hacía. Igual que él, ha insistido, que ha asegurado que tampoco cuando le envió un mensaje de texto en enero de 2013 animándole a ser fuerte, a pesar de que ya había comenzado la investigación sobre el patrimonio de Bárcenas en Suiza. «Todas esas cosas, cuando yo las mandaba, no conocíamos todas esas cosas que hoy conocemos todos. Ojalá que no vuelvan a suceder nunca más. Esta persona estuvo 25 o 30 años en el partido y nadie sabíamos esto que hemos conocido después. Por tanto, la relación era una relación normal, desgraciadamente las cosas eran así», ha zanjado.
Aznar y Cataluña
Otros de los asuntos controvertidos que también han salido a relucir este martes, han sido José María Aznar, con el que el presidente ha negado que existan problemas. «Hay demasiado ruido en este asunto y muy poquitas nueces. No hay los problemas que algunos quieren ver», ha zanjado. Rajoy ha explicado que coincidió con Aznar en los funerales de Adolfo Suárez y que han vuelto a charlar recientemente, cuando el expresidente le llamó con motivo de un asunto familiar, probablemente en relación con el fallecimiento de su hermano.
Y otro de los temas complicados sobre el que ha tenido que pronunciarse ha sido Cataluña. Rajoy ha dicho que no quiere «adelantar acontecimientos» y que su estrategia será la que siempre ha defendido: el diálogo. Según el presidente, la consulta independentista que anunció la Generalitat para el 9 de noviembre no se va a producir, porque los tribunales ya se han pronunciado al respecto, aunque lo que no ha aclarado Rajoy es lo que hará en caso de que los catalanes saquen las urnas a la calle, independientemente de lo que las leyes digan. Rajoy, por el momento, no baraja este escenario.