No es la primera vez que en León salen a relucir las pistolas. Un amigo de Isabel Carrasco, el constructor José Martínez Núñez, propietario entonces de Teconsa (implicada en la Gürtel) fue acusado de montar toda una organización basada en una agencia de detectives, “Búho D’agenti”, con la que presuntamente amedrentaba a la competencia. Explosivos en camiones, cócteles molotov, amenazas y un punto culminante: un plan para asesinar a tiros a un consejero gallego, José Cuiña. Martínez Núñez fue condenado a pagar más de medio millón de euros a un empresario de la competencia, Sindo Castro, por sabotajes continuados. Nada indica que el asesinato de Isabel Carrasco tenga nada que ver con todo esto.
La amistad con Martínez Núñez, y otros constructores de la zona, era clave en las luchas de poder, que en los aparatos de los partidos tienen mucho que ver con la financiación del mismo. Carrasco era consejera de Economía en los momentos de gloria empresarial de Martínez Núñez, cuando incluso pensaba sacar a Bolsa su compañía.
La menuda política leonesa no era de la cuerda de Juan Vicente Herrera, que sustituyó en la presidencia Castellano-leonesa a Juan José Lucas. Por eso logró un puesto que parecía de consolación, pero de enorme interés: la presidencia de la Diputación de León. Y, de paso, el acceso a un cargo de consejera en Caja España –la caja de ahorros leonesa–, vicepresidenta primera. Concejala, presidenta, vicepresidenta, presidenta del PP leonés, así se comenzó a fraguar la leyenda de la mujer de los doce sueldos.
La revista Interviú publicó en primicia detalles sorprendentes de los exóticos viajes del consejo de Caja España por todo el mundo, organizados por Carrasco. Helicópteros, hoteles de lujo en Nueva York, entre otras exquisiteces. A esto siguió otra información sobre el presunto cobro irregular de dietas de la Caja (cerca de 12.000 euros) por traslados que en realidad Isabel Carrasco hacía con su coche oficial de presidenta de la Diputación, un Audi A6.
Una fuente policial inmersa en las primeras investigaciones explica a ESTRELLA DIGITAL que se trataba de una mujer “a la que mucha gente se la tenía jurada”. La leyenda del carácter enérgico y fuerte de Isabel Carrasco era al parecer verdad. Aunque según con quién se mirara. En el momento de pleno auge de la investigación policial contra Martínez Núñez por los presuntos sabotajes y ataques a la competencia, Isabel Carrasco, consejera de Economía de Castilla y León por aquel entonces, acompañaba a don José (como se conocía a Martínez Núñez en la provincia leonesa) a su primer acto. Iba cogida del brazo del poderoso, y anciano, constructor.
Cuiña, a todo esto, murió. Pero no a tiros, de un cáncer. Martínez Núñez vive su ancianidad en Canarias. Carrasco sí ha muerto tiroteada. Paradojas.