Los inmigrantes que se encuentran en España en situación irregular han notado en el último año un aumento de comportamientos o actitudes xenófobas en la sanidad española, hasta el punto de que en 2013 se han multiplicado por cinco las personas que dicen haber sufrido un caso de racismo en el ámbito sanitario.
Así se desprende de los resultados de un informe europeo de la organización Médicos del Mundo recopilado a partir de más de 16.000 pacientes atendidos en 25 ciudades de ocho países europeos (incluidas 11 españolas: Almería, Málaga, Sevilla, Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Zaragoza, Toledo, Santa Cruz de Tenerife, Valencia y Alicante), de los que 130 residían en España.
Una vez ponderados los datos para equiparar todos los países del informe (Alemania, Bélgica, Francia, Grecia, Holanda, Reino Unido y Suiza, además de España) se ha visto como, a pesar de que «los casos de racismo sufridos en las estructuras sanitarias son pocos», hasta un 5,4 por ciento de los encuestados dice haber sufrido algún comportamiento xenófobo en el último año.
En el caso de España, el informe muestra como estos casos son «muy frecuentemente citados» en el último año, como así lo reconocen el 33,6 por ciento de los encuestados. Y en 2012, sólo un 6,3 por ciento de los irregulares admitía sufrir algún caso de racismo.
«El problema no es que te denieguen la asistencia sanitaria, sino cómo te lo deniegan, la percepción de trato», ha lamentado Álvaro González, presidente de Médicos del Mundo España, que reconoce que el dato es significativo sobre todo porque «no son personas muy sensibles que cualquier pequeña cosa les va a generar disconfort, sino que por desgracia están acostumbradas a situaciones duras».
González cree que la primera barrera de acceso no es tanto el profesional sanitario sino del personal administrativo de los centros de salud, «que son los que se encargan de dar la tarjeta sanitaria a esta población».
Y, a su juicio, responde al mensaje que el Gobierno ha dado señalando a este colectivo como uno de los culpables de la reforma emprendida en 2012 y de la limitación del acceso a la asistencia sanitaria, alegando «el coste demasiado alto que representa para el sistema de salud».
El informe muestra además, como España es también el país donde con más frecuencia se están reportando casos de denegación de atención sanitaria, afectando a aproximadamente la mitad (52,4%) de los pacientes incluidos en el informe.