La una agarrada a su cargo, la otra, obcecada en mantenerlo. Beatriz Rodríguez y Triana Martínez, separadas por 40 kilómetros de distancia, dibujaron su vida en paralelo. Dos mujeres, las dos de la misma edad, las dos del PP, las dos de León y las dos pilladas con más de un kilo de marihuana que apunta al tráfico de drogas.
Beatriz Rodríguez Castañeda fue detenida el pasado 18 noviembre por llevar en su maletero un kilo de este estupefaciente, útiles para su manipulación y una báscula. Concejala del PP en el municipio leonés de Campazas, sus vecinos veían con escepticismo la necesidad económica de la joven para, presuntamente, dedicarse a esta empresa. “En esa casa entraban dos sueldos, los ingresos que recibían de la política y además no tienen hijos”, aseguraban a ESTRELLA DIGITAL. Sin embargo a ella le gustaba comprar ropa y complementos caros. Amigos y conocidos jamás la habían visto con un “porro” en la mano.
Los vecinos de Beatriz Rodríguez describían a la joven como una persona que vivía “por y para el partido”
La reacción entre el círculo cercano de Montserrat Triana Martínez, la asesina de Isabel Carrasco, fue la misma. Según reconocieron al Diario de León, ninguno la había visto fumar jamás.
Vivían a 40 kilómetros de distancia, Triana en León y Beatriz en Valencia de Don Juan. La primera del año 79, y la segunda del 78, las dos rondaban la mitad de la treintena cuando fueron detenidas, aunque por causas muy dispares. Mientras la concejala de Campazas fue imputada por delito contra la salud y tráfico de drogas, Triana Martínez lo está por homicidio, tráfico de armas y atentado contra la autoridad. Una sigue en el cargo, aunque como concejala no adscrita, la segunda, detenida.
Los vecinos de Beatriz Rodríguez describían a la joven como una persona que vivía “por y para el partido”. Su perfil personal de Facebook estaba repleto de fotografías en las se veía a la concejala junto a José María Aznar, Alfredo Prada o Mariano Rajoy. Montserrat Triana era mucho más discreta en la red social. Sin a penas publicaciones en los últimos cinco años, prefería prodigarse junto a su madre en los actos institucionales en los que participaba su padre como jefe de la comisaría de Astorga. Allí, en ese pequeño municipio de once mil habitantes, intentó optar al cargo de concejala. Entró como número siete en la lista para las elecciones de 2007, pero se quedó a las puertas. El PP sólo reunió seis concejales. Intentó conseguir el ansiado cargo tras la dimisión de Andrés Mures, pero el Pleno de Astorga no la reclamó. Tenía ambiciones políticas, y así lo recogió el Diario de León en una entrevista por la fecha: “A mí me gustaría lograr la mayoría absoluta en Astorga”.
Madre e hija vivían en un piso de una exclusivas zona de León y paseaban en un Mercedes descapotable
La madre, la dominante, quería una carrera política para su hija. El consistorio se resistía, pero quedaba la Diputación. Montserrat González se fue a vivir con Triana Martínez mientras ésta preparaba las oposiciones a la administración. Lo intentó dos veces, pero no aprobó. Se quedó fuera de la política y de la Diputación. Una posición complicada para dos mujeres con aspiraciones. Querían formar parte de la élite. Lo intentaron comprando un piso en una de las zonas más exclusivas de la capital leonesa y paseando en un Mercedes biplaza descapotable. “Vivían por encima de sus posibilidades”, reconoce un policía cercano a la familia al medio leonés. Y esa diferencia había que pagarla. Demasiada Marihuana para el consumo propio.
“La avaricia rompe el saco”. Podría ser la moraleja de una historia forjada por la ambición, pero fue la frase que pronunciaron los vecinos de la concejala de Campazas cuando conocieron su detención.
Las dos con la vida por delante y la prisa de los aires de grandeza.