El cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, considera que la polémica generada en torno a sus palabras sobre el machismo «no tendrá ningún efecto» en el voto el próximo 25 de mayo, y la considera «una señal» de que el PSOE debe de tenerle «algún miedo». «No debo de ser un candidato irrelevante para los socialistas», ha dicho en una entrevista en Los Desayunos de TVE.
Para Arias Cañete, el PSOE ha cometido un error centrando parte de su campaña en esa polémica, porque «no han hablado nada de la UE» ni de los temas que interesan y que pueden «motivar a los ciudadanos». En unas elecciones en las que se prevé una participación de menos del 45%, cree que tiene «más sentido tratar de que la gente vaya a votar que tratar de agredir al contrario». Eso sí, ha dicho que no le sorprendió que el PSOE utilizara esas palabras en las que no estuvo «afortunado». En cuanto a por qué tardó tantos días en pedir disculpas, ha dicho que quiso esperar a un acto en un «gran medio» oral, que tienen «más difusión que los escritos», y no hacerlo «rápidamente ante una alcachofa».
En su opinión, este domingo el PP «se juega ganar unas elecciones, simplemente» y que los españoles «reconozcan» que los esfuerzos para salir adelante «hayan valido la pena». «Si gana el PP sería un aval al partido que ha hecho las cosas serias», ha dicho, y ha recalcado que la mejora de la nota española por parte de la agencia de calificación S&P apunta a que la recuperación económica es real.
En ese sentido, ha dejado claro que los 'populares' están «muy tranquilos», porque creen que han hecho las cosas bien y han movilizado muy bien al partido, que está «muy motivado». Arias Cañete, que ha dicho que mira las encuestas después de las elecciones, ha asegurado que se fía más de la calle que de los sondeos, y que en sus actos percibe «mucho entusiasmo». Y ha subrayado que la suya ha sido una campaña muy intensa, con 60 actos por toda España. «He roto dos coches, han sido baja y ha habido que sustituirlos», ha relatado.
En Cataluña puede que haya mayor tensión
Además, ha aseverado que en ninguno de sus actos ha tenido «incidentes mayores», sólo «algún escrache pacífico, silencioso, ordenado» y algún «grito aislado» en algún acto. A su juicio, «puede ser que en Cataluña haya un clima de algo más de tensión que en el resto del territorio», pero no ha llegado a vincular expresamente con el debate soberanista la agresión que sufrieron el ministro Montoro y la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, en Vilanova i la Geltrú.
Por otro lado, ha insistido en que aún no sabe si será aspirante a comisario, una propuesta que corresponde al Gobierno, pero sí ha respondido a las afirmaciones del PSOE de que lo tendrá difícil por la polémica sobre el machismo.
A su juicio, es la misma estrategia que intentó en 1999 la entonces candidata del PSOE -y hoy líder de UPyD- Rosa Díez con Loyola de Palacio, que finalmente fue comisaria, vinculándola con el fraude en las ayudas al lino. Y además, ha recordado que los tribunales que juzgaron el caso exculparon a De Palacio y dijeron que sólo hubo responsabilidad de la comunidad autónoma, «osea del señor (José) Bono», entonces presidente regional.
Thatcher contra el socialismo
Además, ha aprovechado para calificar al PSOE de ser un «mal gestor» y de «poner en riesgo el Estado del bienestar» con su idea de que se puede «gastar sin límites». «Ya lo decía Margaret Thatcher, el socialismo se termina cuando se acaba el dinero de los demás», ha remachado.
Según ha dicho, a él no le ha molestado que el PSOE haya hablado de la ley del aborto en campaña, porque «cada uno es libre de tener las preocupaciones que quiera», pero no es un asunto europeo. Y ha negado que el Gobierno esté retrasando la reforma hasta después de las europeas, subrayando que, simplemente, el anteproyecto tiene un «recorrido largo» porque tiene que pasar por muchas instancias.
Arias Cañete ha lamentado que el Parlamento Europeo como institución no haya hecho una campaña más didáctica sobre sus funciones y sus competencias para así alentar la participación y ha recordado que, ante el avance euroescéptico, los grandes grupos de la Eurocámara serán los que «van a tener que estabilizar un Parlamento muy complejo» y «más mediático».