La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también apoya la tesis desgranada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para explicar los ataques que este miércoles sufrieron el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, a la salida de un mitin organizado con motivo de las elecciones europeas en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú. Según el Gobierno nacional, el proceso independentista abierto en Cataluña tiene mucho que ver con este tipo de comportamientos violentos. “Tenemos que ser muy prudentes con los debates que generan división y confrontación y son aprovechados por algunos para cometer este tipo de actos”, ha vuelto a insistir la portavoz gubernamental en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El saldo del incidente: un detenido, cinco identificados, varios militantes agredidos y el coche de un ministro bloqueado y apedreado por algunos de los 200 manifestantes que esperaban a las puertas del
evento organizado por el PP. La respuesta del Gobierno: condena a este tipo de actos. “La violencia no cabe en democracia”, ha espetado Santamaría, quien considera que sólo se trata de “minorías violentas que no representan a la mayoría de la sociedad”, pero que sin embargo le ha valido para abrir de nuevo la guerra con la Generalitat y volver a afear el proceso independentista catalán.
Cualquier excusa es buena para el enfrentamiento público. Ambos Ejecutivos llevan dos días de acusaciones cruzadas por estos actos violentos. Mientras que la Consejería de Interior de Cataluña culpa del incidente a los escoltas del ministro por hacer caso omiso a las indicaciones de la policía autonómica, desde el Ejecutivo Central y el Partido Popular denuncian la “pasividad y la negligencia” del cuerpo policial autonómico. Ya había mono de Cataluña. Muchos días sin que el desafío independentista fuera el centro de atención. Así que el final de campaña se verá empañado por él. Tanto es así, que desde la Generalitat ya incluso se ha filtrado el modelo de urna que recogerá
los votos de la consulta de autodeterminación prevista para el 9 de noviembre. La pretensión de Artur Mas parece seguir intacta, pese a los toques de atención de La Moncloa.
Este viernes, la vicepresidenta del Gobierno ha vuelto a recordar al presidente de la Generalitat que está obligado al cumplimiento de las leyes. “La sentencia del Tribunal Constitucional y el Parlamento Nacional ya lo han dejado claro: el referéndum no es posible”, ha insistido Sáenz de Santamaría.
El Gobierno vuelve a utilizar Moncloa para hacer campaña
A dos días de las elecciones europeas, el Gobierno del Partido Popular ha vuelto a utilizar La Moncloa para hacer campaña. “No puedo entrar a valorar la campaña electoral”, se ha apresurado a aclarar Sáenz de Santamaría cuando le han preguntado por si el Gobierno consideraba que la campaña había sido limpia y útil para los ciudadanos, sin embargo, unos minutos antes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, también presente en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ya se había ocupado de utilizar parte de su intervención para vender dos mensajes.
Por un lado, que el Gobierno de Mariano Rajoy se preocupa por las mujeres. Un anuncio trascendental teniendo en cuenta el desliz machista que tuvo el candidato del PP en campaña, Miguel Arias Cañete. Según ha anunciado Guindos, el Gobierno –que este viernes ha aprobado el proyecto de ley que modifica los requisitos que deberán cumplir las empresas en materia de buen gobierno- “facilitará” y “hará todo lo posible” para equiparar ambos sexos en los Consejos de Administración de las empresas, en los que evidentemente siempre ha salido perjudicada la mujer. Claro que no será una obligación, sino simplemente una recomendación gubernamental, tal y como ha aclarado el ministro durante el turno de preguntas. El Gobierno ha renunciado a imponer cuotas.
Y por otro lado, que las medidas económicas de su Gobierno ya estaban dando resultados tangibles. Como muestra, el último informe de Standard & Poor´s que ha elevado el rating de la deuda soberana con perspectiva estable a España. «Eso no sólo pone en valor la mejora de la perspectiva de crecimiento de nuestra economía, sino también de la competitividad de la misma», ha aclarado exultante el ministro de Economía. Una valoración que habitualmente el Gobierno espera a hacer cuando es preguntado por ello, pero que en esta ocasión, y a dos días de las elecciones europeas, ha aprovechado para hacer en Consejo de Ministros.