Ganar tiempo para no perder las riendas del partido. Ese parece ser el objetivo de Alfredo Pérez Rubalcaba, que tras la debacle socialista en las elecciones europeas ha decidido convocar un Congreso extraordinario para el próximo mes de julio. De esta forma podrá controlar el proceso de elección de la nueva Ejecutiva Federal y seguir manteniendo su poder en Ferraz. Ninguna dimisión y ninguna responsabilidad política después de perder nueve diputados. “Si el no ha dimitido es que quiere controlar al próximo secretario general”, apuntan fuentes socialistas a ESTRELLA DIGITAL.
¿Por qué un Congreso Extraordinario y no una dimisión?
Estas mismas fuentes aseguran que en Ferraz barajan la posibilidad de saltarse la celebración del Comité Federal, previsto en el calendario para las próximas fechas, y así evitar el debate, la reflexión sobre su gestión y las posibles críticas de las distintas federaciones. La estrategia consiste en celebrar directamente el Congreso extraordinario tutelado por la actual dirección. Una decisión que altera el orden de los factores y transforma el calendario previsto.
En el Congreso extraordinario, que se celebrará el próximo 19 de julio, se votará al nuevo secretario general a la nueva Ejecutiva Federal “a la antigua”, es decir, a través de los delegados. Por lo tanto, es posible que la celebración de primarias abiertas previstas para septiembre (autonómicas) y noviembre (generales) se demore. Y el argumento utilizado para retrasar el proceso podría ser “evitar una nueva crisis en el PSOE puesto que el secretario general acaba de ser elegido”, apuntan fuentes socialistas.
Sin embrago, si Alfredo Pérez Rubalcaba hubiera presentado su dimisión el desarrollo de los acontecimientos serían distintos. Su renuncia podría haber provocado la elección de una comisión gestora en el Comité federal con la presencia de todas las sensibilidades del partido para preparar el Congreso y elegir al secretario general, como ocurrió con Joaquín Almunia en el año 2000 tras su derrota en las elecciones generales. “Eso hubiese dado sensación de neutralidad, no lo que han hecho ahora”, critican fuentes socialistas.
Voces en contra
Este mismo lunes distintas voces del partido han pedido la celebración de primarias y se desmarcan de la opción de celebrar un Congreso Extraordinario supervisado por la actual dirección. El diputado del PSOE por Guipúzcoa ha criticado que el partido “ha perdido dos años” y ha señalado que prefiere la “celebración de un congreso federal abierto a la militancia y no tutelado”. Y añade que lo “coherente es que cada militante pueda votar a su secretario general”.
Eduardo Madina, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso y posible candidato a las primarias, ha querido remarcar que la decisión de celebrar un congreso extraordinario “ha sido una decisión personal de Rubalcaba” y ha pedido la celebración de primarias. El expresidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha sido más tajante y ha afirmado que Pérez Rubalcaba “debe irse hoy” y pide adelantar las primarias o crear una gestora.
Posibles candidatos
La alteración del calendario remueve también los nombres de los posibles candidatos. Por un lado, Susana Díaz se ha convertido en la mujer decisiva del PSOE gracias a los buenos resultados obtenidos en Andalucía, la feferación más importante del partido. Por otro lado, se encuentran los posibles candidatos para primarias: Patxi López, debilitado por sus malos resultados en el País Vasco, Eduardo Madina que exige su celebración y Carme Chacón que ha publicado un 'tuit' en el que declara que «solo si primero nos abrimos a la sociedad, la sociedad se abrirá a nosotros. El cambio empieza por nosotros». Sin embargo, ellos aspiran a la presidencia del Gobierno, no a la secretaría general del partido. Por eso, todavía hay muchas preguntas en el aire.
Hecatombes sin movimientos
El socialismo de la era Rubalcaba ha cosechado dos estrepitosas derrotas, una en las elecciones generales de 2011 y otra en los comicios europeos con el peor resultado de la historia de la democracia del partido. Dos desastres y ningún movimiento. Esta vez anuncia que se marcha, aunque es probable que su sombra permanezca en el partido.