sábado, noviembre 23, 2024
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Quince años de prisión para el homicida de ‘El Atazar’

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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a quince años y seis meses de prisión a Manuel Antonio G.A. por acuchillar hasta la muerte a su mujer, cuyo cadáver ocultó en un bosque.

Así consta en una sentencia en la que la Sección Veintisiete de la Audiencia madrileña pena a Manuel Antonio G.A. como autor de un delito de quebrantamiento de medida cautelar y por un delito de homicidio.

En el transcurso del juicio, celebrado con Jurado Popular, el hombre manifestó que se había encontrado a la mujer con una puñalada en el pecho y que decidió ocultar el cuerpo para que no le acusaran del crimen.

En la vista, según recoge el fallo, quedó acreditado que el condenado, tras dar muerte a su esposa en una fecha no concreta de finales de julio de 2011, sacó su cadáver del domicilio días después, lo abandonó en el monte y lo cubrió parcialmente de ramas. Con posterioridad, se deshizo de las ropas y efectos personales de Giovanna así como del arma utilizada.

Sobre Manuel Antonio G. A. pesaba desde el día 26 de marzo de 2011 unas medidas cautelares acordadas por el juzgado competente de prohibición de aproximación y comunicación respecto de la mujer.

Entre el mes de abril y el momento del fallecimiento de la mujer ambos reanudaron su convivencia, siendo consciente el hombre de que quebrantaba la prohibición judicial de aproximación.

Ante la nueva situación conyugal, el Juzgado dejó sin efecto las anteriores medidas cautelares el 5 de julio de 2011, sin que conste fehacientemente que dicha resolución fuera comunicada a los interesados.

Según la sentencia, «no hay duda sobre la intención homicida que impulsaba al acusado al acometer a la víctima con un arma idónea para quitarle la vida y hacerlo con una violencia extrema en una zona absolutamente vital, propinándole una cuchillada mortal, que prácticamente la atravesó, y aguardando luego fríamente hasta que murió en su presencia sin hacer nada en absoluto para auxiliarla».

De tal modo que la víctima tardó en morir entre treinta y sesenta minutos mientras se desangraba hasta fallecer asfixiada en su propia sangre.

Los nueve miembros del Jurado en su objeto de veredicto y el magistrado ponente en la resolución han tenido en cuenta «la futilidad de los motivos desencadenantes de la agresión» (una discusión trivial entre la pareja), la situación de indefensión en la que se encontraba la víctima (había ingerido una gran cantidad de alcohol y tranquilizantes) y la conducta del acusado tras el apuñalamiento dejando morir a la mujer y ocultando después su cadáver.

Todos estos elementos, tal y como se subraya en la resolución, «reflejan la especial peligrosidad del acusado, su desprecio absoluto por la víctima y la especial reprochabilidad de su conducta».

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