El 85% del Congreso ha dado luz verde al relevo en la Monarquía española. El debate en el Congreso de los Diputados, de tres horas y diez minutos de duración, ha concluido con una votación cuya única novedad estribaba en la decisión de algunos diputados socialistas que el día de antes habían pedido a su grupo libertad de voto en esta cuestión. El resultado final de la votación efectuada por llamamiento y a viva voz ha sido el siguiente: 341 votos emitidos, con 299 síes, 19 noes y 23 abstenciones.
De esta manera, PP al completo, PSOE (exceptuando la ausencia del balear Guillem García Gasulla y la gallega Paloma Rodríguez y la abstención de Odón Elorza, que serán sancionados con 400 euros por romper la disciplina de voto), UPyD, UPN y Foro Asturias han dado luz verde a la nueva ley orgánica de abdicación. Por su parte, La Izquierda Plural, ERC, Compromís, Nafarroa Bai, BNG y Nueva Canaria han votado que no; y CIU, PNV y CC se han abstenido. Los diputados de Amaiur han abandonado el Hemiciclo en el momento de la votación, por no comulgar con este tipo de modelo de Estado. De esta manera, sigue el proceso de la primera sucesión en la Corona bajo la Constitución de 1978.
¿Monarquía o república? Este no era el debate de este miércoles. Y así lo han repetido por activa y pasiva el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el principal líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos conocedores de la decisión del Rey Don Juan Carlos de abdicar en favor de su hijo el Príncipe Felipe, dos meses antes que el resto de los españoles. Uno, el líder del Ejecutivo, a finales de marzo, y pocos días después el secretario general del PSOE. Con ellos, el Monarca ha pilotado este proceso excepcional en nuestra historia democrática y ha decidido la forma de su tramitación: un procedimiento de urgencia, que supone acortar todos los plazos parlamentarios, y la aprobación en lectura única, es decir, acumular todos los debates en una sola sesión del Pleno del Congreso de la Ley que regula la abdicación de Juan Carlos I. De esta manera, el próximo 19 de junio, el Príncipe Felipe será proclamado por las Cortes Generales el nuevo Rey de España.
Desde el pasado 2 de junio, el día en que Don Juan Carlos I se dirigió a los españoles para explicarles los motivos de su decisión, tanto en la calle, como en el Parlamento Nacional se volvió a instalar un debate histórico sobre el modelo del Estado Español. Hasta la fecha, de Monarquía Parlamentaria. Se han celebrado manifestaciones en las principales ciudades de España y en el Congreso, los grupos de izquierdas, han tratado de abrir un melón aún vetado por los dos grandes partidos nacionales. Incluso en uno de ellos, el PSOE, este debate también se ha dado con vehemencia en las últimas horas, pero finalmente ha sido silenciado. Hoy, PP y PSOE han vuelto a votar juntos, como hicieron en 1978 con la Constitución y en julio de 2010 cuando se modificó el artículo 135 de la Carta Magna. Ambos han defendido el consenso alcanzado entonces y la necesidad de mantenerlo.
Y los argumentos han quedado claros. El presidente del Gobierno, por su parte, y como ya hiciera este martes desde la Moncloa y junto al presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha insistido en que la ley que se aprueba este miércoles no revisa el modelo político del Estado previsto en la Constitución, sino que se limita a ratificar la voluntad del Rey de dejar la Jefatura del Estado y ha pedido a los grupos parlamentarios que aparquen por ello otras discrepancias para cuya discusión tienen «ocasiones sobradas» el resto del año. En su intervención ante el Pleno del Congreso para defender el proyecto de ley orgánica, Rajoy ha asegurado que la de hoy es una jornada histórica en la que los parlamentarios deben cumplir lo que manda la Constitución. «Jornada en la que pesan muchísimo nuestros acuerdos y carecen de trascendencia las discrepancias», ha dicho. «No estamos aquí hoy para eso, sino para cumplir la voluntad de los españoles, que eso y no otra cosa es la Constitución», ha añadido.
Mariano Rajoy también ha repetido en distintos momentos de su discurso las palabra «normalidad» y «tranquilidad» para subrayar que este proceso no es excepcional y que España lo afronta como una democracia madura en la forma de monarquía parlamentaria. No sin olvidarse antes de realizar un balance lleno de elogios del Reinado de Don Juan Carlos I y poner en relieve la futura gestión del Rey que viene, Felipe VI. El objetivo del presidente ha sido en todo momento dejar claro que la mayoría de los españoles quieren este modelo de Estado, y para ello ha recurrido hasta en dos ocasiones a los sondeos realizados el pasado fin de semana por varios medios de comunicación. “Sería necesario estar ciego de obstinación si no vemos lo que ha hecho el Rey”, ha insistido, para a continuación defender el sistema monárquico como “el mejor símbolo” de una España «unidad, estable o imparcial».
Rubalcaba, «leal» a la Corona
El todavía líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, por su parte, ha hecho oídos sordos a las reivindicaciones de sus bases y algunos de sus líderes y aspirantes a la secretaría general, como Eduardo Madina o Pedro Sánchez, que han reivindicado en público su republicanismo, y ha declarado este miércoles en el Congreso la «lealtad» del PSOE a la Corona, y en concreto al futuro reinado de Felipe VI, a quien sí le ha pedido que abra «un tiempo nuevo» con «reformas pactadas y consensuadas» de la Constitución que permitan resolver la triple crisis -social, institucional y territorial- que, según Rubalcaba, atraviesa el país.
Según el líder del PSOE, el votar no a la ley de abdicación «supondría decirle a Don Juan Carlos que debe seguir reinando aunque no quiera». «Decidimos sólo de la abdicación, sólo de la abdicación, no de la sucesión. Eso ya lo votamos en 1978», ha rematado el líder de los socialistas, que ha defendido que 35 años después de que los socialistas contribuyeran a la elaboración y aprobación de la Carta Magna, los socialistas siguen «sin ocultar» su «preferencia republicana», pero se continúan «sintiendo compatibles con la monarquía parlamentaria». De esta manera, ha garantizado que el PSOE no va a «romper el consenso constitucional». Así, aunque ha abogado porque se emprendan las «reformas necesarias» que, en su opinión, precisa la Constitución, ha reivindicado que deben acometerse desde el consenso.
«Se trata de cumplir la ley y la Constitución», ha zanjado Rubalcaba, palabras que le han valido la ovación de los suyos y de algunos diputados del PP, que han mostrado su absoluta conformidad con el discurso pronunciado por el socialista, que en este punto, prácticamente ha parafraseado al presidente del Gobierno.
Duran i Lleida, el «excluido»
Aunque si había un discurso que este miércoles había levantado expectación, no era ni el de Rajoy ni el de Rubacaba, muy previsibles, si no el de los nacionalistas catalanes, que días antes ya habían anunciado la abstención, pese a su apoyo a la Constitución de 1978. Hoy, el contexto es completamente diferente: CiU se encuentra inmerso en una guerra directa con el Gobierno central como consecuencia del desafío soberanista emprendido por el Ejecutivo de Artur Mas.
Por esta razón, el secretario general de CiU y portavoz de los nacionalistas en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, ha justificado la abstención de sus diputados ante esta ley en que, a diferencia de lo que ocurrió en la Transición, Cataluña ya no se siente ahora integrada en España y no tiene confianza en el Estado, algo de lo que culpa a los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE.
Eso sí, ha querido dejar claro que esa abstención no tiene que ver con el heredero de la Corona ni con la Monarquía, pero sí ha pedido a l futuro Felipe VI que desde el primer día impulse la regeneración de la política y la posibilidad de que los catalanes puedan ser consultados sobre su futuro. En su intervención ante el Pleno del Congreso, Duran ha recordado que CiU participó activamente en la Transición y fue ponente de la Constitución y la votó porque, «en ese momento clave de la historia, Cataluña se sintió mayoritariamente integrada». «Y hoy no es así», ha zanjado.
El referéndum sí asoma en el debate
PP y PSOE lo han intentado tapar en todo momento. Incluso la lideresa de UPyD, Rosa Díez, ha advertido de que plantear un referéndum sobre monarquía o república sería «ilegal» puesto que eso «equivaldría» a anular la Constitución. «Hacer esa pregunta fuera de un debate de reforma constitucional es un fraude que nos llevaría a un 'punto cero' preconstitucional», ha rematado Díez.
Pero las formaciones de izquierda han obviado estas advertencias. La izquierda Plural a la cabeza, con Cayo Lara como interlocutor, ha reclamado lo que a su juicio es un «derecho» de los españoles, por su condición de «ciudadanos» y no de «súbditos». Según Lara, la Jefatura del Estado no es «una propiedad privada». Por lo tanto, y aprovechando que el presidente del Gobierno ha alardeado del apoyo mayoritario de la sociedad española a la Corona, ha exigido un referéndum para decidir esta cuestión.
El líder de La Izquierda Plural ha calificado el proceso de abdicación como una «maniobra oscura y palaciega» y ha destacado que éste es el momento de abrir un proceso constituyente «hacia un nuevo proyecto de país» en el que el modelo de Estado es fundamental. «Sería mucho más democrático consultar al pueblo sobre este punto que no hacerlo», ha insistido Lara, que también ha recordado que lo que se votó en 1978 no tiene que ser «definitivo y para siempre».
Es más, ha advertido el líder de IU, la sociedad no permitirá que así sea. «Dar soporte a una Monarquía, una institución anacrónica e injusta tendrá un coste en el futuro», ha avisado Lara, en referencia casi directa al Partido Socialista. De hecho, ha recordado IU, «no falta mucho» para que las urnas vuelvan a hablar. «Queremos que se convoque un referéndum y se pregunte al pueblo español qué quiere en estos momentos cruciales para la historia. Hablamos de monarquía o democracia», ha zanjado Lara.