domingo, noviembre 24, 2024
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Los detenidos por pertenecer a una red yihadista declaran ante el juez

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Los nueve detenidos acusados de integrar la red yihadista 'Brigada Al Andalus', desmantelada en la madrugada del domingo al lunes por agentes de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, dentro de la 'Operación Gala', declararán mañana ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, han informado fuentes jurídicas.

La red había enviado a nueve 'combatientes' desde España y Marruecos para que se integraran en las facciones terroristas en Irak y Siria. En concreto, tenía conexiones con grupos de otros siete países. El grupo, uno de los principales suministradores de terroristas de la organización Estado Islámico en Irak y Levante (ISIL), había conseguido constituir una estructura propia a la que sus integrantes denominaban 'Brigada Al Andalus', manteniendo conexiones con grupos en Francia, Bélgica, Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía y Siria, según ha informado el Ministerio del Interior.

El grupo había incrementado considerablemente sus actividades en las últimas fechas, por lo que los investigadores la consideraban una grave amenaza para la seguridad nacional. Fuentes de la lucha antiterrorista han precisado que la 'Brigada Al Andalus' no tenía planes para un atentado inminente.

Líder carismático

La red estaba liderada por Lahcen Ikassrien, de nacionalidad marroquí y nacido en Alhucemas en 1967. Partidario de la tesis salafista-yihadista y referente en el entorno de la comunidad de fieles, era un líder carismático que ejercía un férreo control y disciplina.

Ikassrien adoctrinaría, asesoraría y orientaría sobre los procedimientos a seguir en las zonas de Yihad, dada su experiencia en tal cometido tras su paso por Afganistán. Durante su fase de incursión en esta zona de conflicto, fue detenido y trasladado a la prisión de la base militar de Guantánamo.

Los otros ocho detenidos son Mohamed Khalouk Darouani, de nacionalidad española y nacido en Larache (Marruecos) en 1981; Abdeslam El Haddouti, de nacionalidad marroquí y nacido en Tetuán (Marruecos) en 1979; Nabil Benazzou Benhaddou, de nacionalidad española y nacido en Casablanca (Marruecos) en 1972; César Raúl Rodríguez, de nacionalidad argentina y nacido en Santiago del Estero (Argentina) en 1989; Mohamed Boukhalef, de nacionalidad marroquí y nacido en Tetuán (Marruecos) en 1984; Oialae Chergui, de nacionalidad marroquí y nacido en Asilah  (Marruecos) en 1988; Younes Zayyad, de nacionalidad marroquí y nacido en Marrakech (Marruecos) en 1984; y Deniz Ibryam Redzheb de nacionalidad búlgara y nacido en Rusa (Bulgaria) en 1979.

El desmantelamiento del grupo se llevó a cabo tras constatarse un incremento «de la peligrosidad» de la célula terrorista, convirtiéndose en una «grave amenaza para la seguridad nacional». Las investigaciones más recientes pusieron de manifiesto el hecho de que esta red estaba desarrollando una agresiva campaña de captación, incorporando de forma continuada nuevos miembros. La investigación continúa abierta y todas las actuaciones están declaradas secretas.

Hermano de un huido del 11M

Otro miembro a destacar de este núcleo radical es Ismail Afalah, hermano de Mohamed Afalah, huido tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Sus funciones en el entramado serían esencialmente operativas. Las investigaciones realizadas han podido determinar que en la actualidad se encontraría como 'combatiente' en algún lugar de Siria o Irak.

Los responsables y dinamizadores de esta célula mantenían una  exhaustiva inspección sobre sus integrantes, ejerciendo una tutela  constante y directa, que comprendía desde su «bienestar» corporal hasta su estado mental, con controles sobre su asistencia a entrenamientos físicos, a las reuniones de adoctrinamiento y a su adiestramiento operativo, consistente en el manejo de armas. Todo ello con el único fin de que llegado el momento de la selección de los futuros «combatientes», éstos estuvieran en plenas condiciones físicas y mentales y no vacilaran en su compromiso de unirse a la Yihad.

La red empleaba para reuniones y entrenamientos una finca rústica en la provincia de Ávila. En ella desarrollaban una serie de actividades, todas ellas encaminadas a mantener la radicalización y la cohesión del grupo y a perfeccionar su entrenamiento operativo, centrándose en el entrenamiento físico de alta intensidad, han señalado las fuentes consultadas.

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