El juez de Sevilla que investiga el caso de las presuntas facturas falsas de UGT-A para cursos de formación subvencionados por la Junta de Andalucía ha dejado este jueves en libertad sin fianza y con cargos al exvicesecretario general de Administración y Recursos Humanos de UGT-A Federico Fresneda, que fuera responsable de las finanzas del sindicato.
Fuentes del caso han informado de que el juez de Instrucción número 9 de Sevilla, Juan Jesús García Vélez, ha dejado en libertad sin fianza a Fresneda imputado por dos delitos de falsedad documental y contra la Hacienda Pública en su modalidad de fraude en subvenciones y con la única obligación de comparecer cada 15 días en el Juzgado.
En su declaración, que ha durado una hora y media, el imputado ha señalado que no tiene conocimiento de la existencia de facturas «falsas» ni de la existencia de partidas «infladas» en las mismas, ya que él no era el responsable de solicitar ni de gestionar las subvenciones, algo que dependía de la Secretaría de Gestión Económica de UGT-A, a cuyo frente se encontraba la también imputada María Charpín.
Así, Federico Fresneda ha manifestado en su declaración que las facturas le llegaban «ya hechas con el cargo y el programa» al que correspondían, han añadido las fuentes consultadas.
En libertad otras dos sindicalistas
Este jueves también han comparecido ante el juez otras dos sindicalistas detenidas por la Guardia Civil en el marco de la segunda fase de la operación 'Cirene', como son Dolores Sánchez, como responsable de compras de UGT-A, y la propia María Charpín, las cuales han quedado igualmente en libertad sin fianza por los dos mismos delitos atribuidos a Fresneda.
En su declaración, Charpín ha explicado que, como jefa del equipo de UGT-A encargado de tramitar las subvenciones, su misión consistía en enterarse de las subvenciones que concedía la Junta y rellenar y justificar los papeles para conseguir dichas subvenciones.
Esta imputada, que ha quedado en libertad con la única obligación de comparecer cada 15 días ante el Juzgado, ha defendido ante el juez instructor que actuó siempre «cumpliendo la Ley y el reglamento de Andalucía» y ha negado que haya participado en un desvío de fondos a través de mecanismos como el 'rappel' o el 'bote'.
Una sola factura
De su lado, Dolores Sánchez ha explicado que, como responsable de compras del sindicato, a ella le llegaban órdenes en cuanto a las necesidades de compra, preguntaba si había presupuesto y, en caso afirmativo, efectuaba dichas compras, y ha explicado que en ocasiones podría ocurrir que el proveedor emitiera una única factura aunque por materiales recibidos en varias entregas y, por tanto, con varios albaranes.
Finalmente, han quedado en libertad con cargos los 16 detenidos en la segunda fase de la operación 'Cirene', pues este miércoles ya quedaron libres por los mismos dos delitos de falsedad y contra la Hacienda Pública en su modalidad de fraude en subvenciones diez representantes de empresas radicadas en Madrid, Jaén y Sevilla, los cuales negaron haber elaborado «facturas falsas» para UGT-A, aseguraron que «actuaron dentro de la legalidad vigente» y que siguieron las «indicaciones, pautas y parámetros» marcados por el sindicato.
Asimismo, fuentes de la investigación han informado a Europa Press de que una representante de la empresa Siosa de Madrid ha sido puesta en libertad por la Guardia Civil, mientras que los dos representantes de la empresa Carpetas Abadías de Agost (Alicante) detenidos fueron puestos a disposición del juzgado de guardia de Novelda, que los dejó también en libertad.
UGT-A se financió mediante este «fraude»
La investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha permitido definir «diversos métodos utilizados para desviar el dinero de las subvenciones a otros fines diferentes, en este caso presuntamente a una financiación del propio sindicato», considerando que «la vía más importante en la financiación» de UGT-A «podría haber sido esta presunta práctica ilícita».
Según la UCO, estos procedimientos «eran ejecutados por personal que trabajaba para UGT-A, el cual sería dirigido por un responsable de la citada organización», tratándose además de un fraude que «se realizaba de manera sistemática año tras año, siendo perfeccionado en el transcurso del tiempo».
Fue la Audiencia Provincial de Sevilla la que acordó que la juez Mercedes Alaya dejara de investigar el caso de las presuntas facturas falsas de UGT-A y que dicha investigación, iniciada a raíz de las numerosas denuncias presentadas por Manos Limpias, recayera en el juez Juan Jesús García Vélez, ya que entiende que esta investigación no guarda relación alguna con el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos.