La Iglesia Católica vuelve a la carga. Nuevo catecismo; nuevas lecciones de vida. En esta ocasión a los homosexuales, a los que les vuelve a advertir sobre la imposibilidad de su orientación sexual basándose en la palabra del Señor. «Hemos sido queridos por Dios como hombre o mujer, una llamada que debemos aceptar y llenar personalmente de sentido», arranca el nuevo catecismo oficial Testigos del Señor presentado este miércoles por la Conferencia Episcopal Española, tal y como recoge el diario ABC.
Para a continuación entrar a matar. La Iglesia lo tiene claro a este respecto. Y en este nuevo documento deja constancia de ello. ¿La clave? El libro del Génesis: «Dios ha creado a la persona humana. Varón y mujer los creó». Así que partiendo de esa base, el nuevo catecismo no duda en concluir que «la diferencia sexual indica que el hombre y la mujer están hechos el uno para el otro, para vivir la comunión de personas y la complementariedad sexual. Juntos están llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio una sola carne (Gén 2,24)»
«Algunos dicen erróneamente que cada uno puede optar o elegir la orientación sexual independientemente del cuerpo con el que se ha nacido. Pero la identidad sexual no se elige, es un don que se recibe. No somos creadores de nosotros mismos. Dios es el único Creador», insiste la Iglesia Católica.
Según ha explicado el secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, han sido necesarios cuatro años para dar forma a las 332 páginas y 114 imágenes que componen este nuevo documento que «se adapta a la pedagogía actual complementándose con la enseñanza religiosa en los colegios».
Unas llamativas lecciones que casualmente se producen el mismo día en el que el barrio de Chueca da el pistoletazo de salida a sus mundialmente conocidas fiestas del orgullo gay en las que precisamente los homosexuales reivindican la libertad sexual y el derecho de todos los hombres y las mujeres del mundo a vivir su sexualidad sin el miedo a ser reprimidos por ello. Y poco después de que el Vaticano también abriera la puerta a la reflexión sobre la necesidad de que la Iglesia sea más acogedora con parejas de hecho, homosexuales, divorciados o madres solteras. Se refiere a ellas como «personas en situación familiar irregular». Pero es un avance que el Vaticano pida más atención sobre estas cuestiones, y que curiosamente coincide con la llegada del Papa Francisco a la cúspide de la Iglesia.