Los escoltas del expresidente del Gobierno, José María Aznar, provocaron un grave altercado con personal de seguridad del Tribunal Superior de Justicia de Madrid la tarde del pasado viernes. Los agentes que custodian a Aznar quisieron entrar por la fuerza en el párking del TSJ, mientras su protegido estaba en un acto privado en la calle General Castaños, muy cerca de la calle Génova.
Todo comenzó cuando los agentes, con el coche blindado oficial, quisieron entrar en el garaje sin la debida autorización, por las buenas. Los vigilantes del TSJ les impidieron la entrada, lo que puso de mal humor a los escoltas de Aznar, que aducían que pertenecían a Presidencia del Gobierno y podían entrar donde mejor les pareciera para la seguridad de su protegido, que no estaba presente. Para reforzar su tesis, llamaron a la célula de seguridad de Moncloa, que acreditó que eran agentes destinados a la custodia de personalidades, en este caso José María Aznar.
Los vigilantes del TSJ también pidieron instrucciones a la superioridad, que les respaldó en su negativa: allí no entraba el coche de Aznar.
Cuando el incidente amenazaba a pasar a mayores, los escoltas desaparecieron a toda velocidad por una razón de lo más inesperada. Por la zona apareció un fotógrafo de prensa. Había que evitar a toda costa una imagen de pelea, que es lo que estaba a punto de pasar.
Es habitual ver en Madrid los coches oscuros de cristales tintados y erizados de antenas aparcar en los lugares más inverosímiles… y prohibido. Esta vez no pudieron.