Uno de cada seis alumnos españoles de 15 años (16,5%) tiene dificultades para resolver asuntos sencillos de economía doméstica, como distinguir facturas, tomar decisiones sobre el gasto cotidiano o utilizar una tarjeta de crédito, según el Programa Internacional de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) 2012 de la OCDE sobre Competencia Financiera.
El informe, presentado este miércoles a nivel mundial, vuelve a situar a España, con 484 puntos, por debajo de la media de los 18 países participantes, trece de ellos de la OCDE (500 puntos), y sólo por delante de Croacia (480 puntos), Israel (476), Eslovaquia (470), Italia (466) y Colombia (379). La lista la encabeza Shangai-China con 603 puntos –120 más que España–, seguida de Bélgica (541), Estonia (529) y Australia (526).
La prueba sobre competencia financiera de los estudiantes de 15 años, que la OCDE realiza por primera vez, mide el grado han adquirido el conocimiento y las destrezas necesarias al final de la etapa obligatoria, pues este colectivo se enfrenta a la disyuntiva entre acceder a un empleo o seguir estudiando. «Las finanzas forman parte de la vida diaria de muchos adolescentes, que ya son consumidores de productos financieros, como una cuenta bancaria», señalan desde la OCDE.
En los centros escolares que participaron en PISA 2012 –que mide el nivel en Matemáticas, Lectura y Ciencias– se eligió aleatoriamente a ocho alumnos para realizar la prueba financiera. En total, la hicieron 29.000 alumnos, lo que representa a nueve millones de adolescentes de 15 años de 18 países o economías. En España, un total de 1.108 alumnos de 179 centros escolares realizaron este ejercicio.
Si se comparan los resultados en competencia financiera y en Matemáticas, los estudiantes españoles rinden como era de esperar, por debajo de la media de los países participantes. Sin embargo, los mejores en Matemáticas y en Lectura no rinden tan bien en materia de economía doméstica. El porcentaje de alumnos españoles que alcanzan resultados excelentes en este ejercicio financiero se sitúa en el 3,8% frente al 9,7% de la media de la OCDE.