La continuidad con la etapa anterior y la ausencia de grandes cambios caracterizan el primer mes de reinado de Felipe VI, que ha conformado su equipo tirando de viejos conocidos del Palacio de la Zarzuela.
Desde su proclamación el pasado 19 de junio, Don Felipe ha dedicado fundamentalmente este mes a iniciar una ronda de contactos con los tres poderes del Estado, presentarse en el extranjero con viajes al Vaticano, Portugal y Marruecos, y cumplir con los actos que va imponiendo el propio calendario en las distintas Comunidades Autónomas.
Hasta la fecha, se ha desplazado a Girona, Zaragoza, León, Cádiz y, en Madrid, los primeros actos que tuvo con la sociedad civil se los dedicó a las víctimas del terrorismo y a ONG y a otros colectivos sociales, entre los que estaban defensores de los derechos de gays y lesbianas, que nunca antes habían sido recibidos por la Familia Real.
Con tanto desplazamiento dentro y fuera de nuestras fronteras, el poco tiempo que el Rey ha tenido para estar trabajando en su despacho lo ha dedicado a reorganizar la estructura interna de Zarzuela, sin introducir grandes novedades ni a personal que no estuviera familiarizado con la institución.
Felipe VI eliminó la Secretaría del Príncipe de Asturias debido a la corta edad de su primogénita, Doña Leonor, pero creó una nueva para asistir a su padre, el Rey Don Juan Carlos, y a su madre, la Reina Sofía, en las funciones institucionales que el actual monarca les encomiende, y que están aún por definir.
Nuevas funciones de Don Juan Carlos
Previsiblemente, unas de las primeras que se anunciarán será el envío del Rey Don Juan Carlos cómo máximo representante de España en la toma de posesión del presidente Juan Manuel Santos en Colombia el próximo 7 de agosto.
Hasta la fecha, las modificaciones que Felipe VI ha hecho entre los altos cargos de Zarzuela son más bien cambios de sillas entre unos y otros que una renovación completa del personal.
Así, el que fuera su mano derecha durante 19 años al frente de la Secretaría del Príncipe de Asturias, el abogado del Estado Jaime Alfonsín, ha pasado a dirigir la Casa del Rey, el órgano que, bajo la dependencia directa del monarca, tiene como misión servirle de apoyo en cuantas actividades se deriven del ejercicio de sus funciones como jefe de Estado.
Sin mujeres
El resto de profesionales de los que se ha rodeado en la Casa del Rey han trabajado durante años en Zarzuela bajo el reinado de Juan Carlos I, por lo que ninguno de ellos es nuevo en la institución. Y como ocurrió en la etapa de su padre –con la única excepción del paso de Asunción Valdés como directora de Comunicación– tampoco hay mujeres entre los altos cargos de Zarzuela.
Del último equipo de la Casa del Rey bajo el reinado de Juan Carlos I tan solo han salido tres personas: el anterior jefe de la Casa, el diplomático Rafael Spottorno; el periodista Javier Ayuso como director de Comunicación –sustituido por el compañero de profesión Jordi Gutiérrez, que trabajó durante 16 años en Zarzuela entre 1993 y 2009– y el anterior jefe de la Secretaría de la Reina, el militar Arturo Luis Coello.
Coello fue sustituido por el hombre de confianza de la Reina Letizia durante su etapa como Princesa de Asturias, el coronel de Caballería José Manuel Zuleta y Alejandro, duque de Abrantes.
Otros hombres fuertes de Zarzuela tan solo cambiaron de puesto con Felipe VI. Así el anterior secretario general de la Casa del Rey, Alfonso Sanz Portolés, es el actual jefe de la Secretaría del Rey Don Juan Carlos y consejero diplomático de Felipe VI. Portolés lleva vinculado a Zarzuela desde 1993.
El general de división de la Guardia Civil Domingo Martínez Palomo ha pasado de estar al frente del gabinete de Planificación y Coordinación de Zarzuela a hacerse cargo de la Secretaría General de la Casa, institución para la que trabaja desde 1996.
A Martínez Palomo le ha sustituido en el gabinete de Planificación el que fuera el primer ayudante de campo del Príncipe Felipe, el general en la reserva Emilio Tomé de la Vega.
Hasta la fecha se mantienen en sus puestos el jefe del Cuarto Militar, el teniente general Antonio de la Corte García; el jefe de Protocolo, Cándido Creis; el jefe del Servicio de Seguridad, el coronel Francisco López Requena; el jefe de Administración, Servicios e Infraestructura, Isaías Peral Pueblo, y el interventor, Oscar Moreno Gil.
García-Revenga
Al menos hasta la semana pasada también se mantenía como empleado de la Casa del Rey el asesor personal de las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, Carlos García-Revenga. Sin embargo, las hermanas del monarca actual han salido de la Familia Real, por lo que las funciones de García-Revenga ya no tienen sentido en la nueva estructura de Zarzuela.
Así las cosas, está por ver si Felipe VI acuerda su cese o le asigna nuevas funciones. García Revenga es empleado de la Casa del Rey desde septiembre de 1993, cuando se le contrató para asesorar a las Infantas en aquellas actividades relacionadas con su pertenencia a la Corona.
Fue imputado por el juez José Castro en el caso Nóos que investiga los negocios presuntamente irregulares que entabló el marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, con las Administraciones balear y valenciana. García Revenga figuró como tesorero del Instituto Nóos que presidió Urdangarin durante 19 meses.
Castro levantó recientemente su imputación en el auto con el que cerró la instrucción del caso y decidió procesar, entre otros, a los duques de Palma.
La imputación de Revenga llegó después de que el exsocio de Urdangarin en Nóos, Diego Torres, remitiera al juez varios correos electrónicos en los que el asesor de las Infantas daba instrucciones a personal de Nóos para que en documentos que tenían que ver con el Instituto él apareciera como «asesor de la Casa de Su Majestad el Rey», a pesar de que su colaboración con Nóos fue a título personal y no en representación de la institución.
En un comunicado en el que defendía su inocencia antes de declarar ante el magistrado, García Revenga aseguraba que nunca había tenido poder de decisión en la gestión de las cuentas de Nóos si bien reconocía haber podido «mezclar, en ocasiones» gestiones propias de su puesto en la Casa del Rey «con otras relacionadas con actividades privadas de los duques de Palma».